La tensión entre India y Pakistán ha alcanzado niveles críticos en mayo de 2025, tras un ataque armado en Pahalgam, Cachemira, que dejó 26 turistas hindúes muertos. India responsabilizó a Pakistán por el atentado, lo que provocó una serie de represalias militares, incluyendo bombardeos aéreos sobre nueve objetivos en territorio pakistaní.
Respuesta de Pakistán
Pakistán respondió derribando dos aviones indios y prometió una respuesta contundente, intensificando así el conflicto entre estas dos naciones con capacidad nuclear .
En este contexto, la capacidad armamentística de la India cobra especial relevancia. Según estimaciones recientes, India posee aproximadamente 172 ojivas nucleares, superando ligeramente a Pakistán, que cuenta con cerca de 170 .
India mantiene una política de “no primer uso” de armas nucleares, aunque en 2019 indicó que podría reconsiderarla dependiendo de las circunstancias.
El arsenal nuclear indio se apoya en una tríada de lanzamiento: misiles balísticos de alcance intermedio como el Agni-III, sistemas de lanzamiento desde submarinos y capacidades aéreas. Esta estructura busca garantizar una disuasión efectiva frente a amenazas externas.
Problemas a nivel global
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la posibilidad de una escalada nuclear en la región. Estudios previos han advertido que un conflicto nuclear entre India y Pakistán podría tener consecuencias catastróficas a nivel global, incluyendo una crisis alimentaria que afectaría a más de 2.000 millones de personas debido al “invierno nuclear” resultante.
Ante esta situación, expertos y organismos internacionales instan a ambas naciones a retomar el diálogo y evitar una confrontación que podría tener consecuencias devastadoras no solo para Asia del Sur, sino para el mundo entero.