En un momento en que comer carne en un restaurante era considerado un lujo reservado para ocasiones especiales, nació en 2014 Bifes de la Vaca, con el objetivo de democratizar el asado y convertirlo en una experiencia cotidiana. La idea surgió de la necesidad de ofrecer cortes de carne de alta calidad a precios accesibles, en un ambiente cómodo y familiar.
Pequeños comienzos, grandes apuestas
Lo que comenzó como un solo local en La Vaca de Castro, se ha transformado en una cadena de cinco restaurantes, con su más reciente apertura en Cumbayá en 2024. Hoy, el equipo está conformado por alrededor de 50 colaboradores que abarcan cocina, atención, administración y planta de producción.
Uno de los elementos que distingue a Bifes de la Vaca es que cuenta con su propia planta de procesamiento, allí se realiza la maduración de la carne y la elaboración de aderezos exclusivos como el chimichurri y la mayonesa de la casa. Esta centralización permite mantener la misma calidad en todos sus locales, garantizando una experiencia uniforme en cada visita.
“Nos hace gracia cuando alguien dice que el chimichurri de un local sabe mejor que el de otro, cuando todo proviene del mismo lugar”, comenta entre risas Valeria Merino, responsable de marketing.
El restaurante trabaja con proveedores nacionales cuidadosamente seleccionados, dando prioridad a los que se encuentran cerca para evitar interrupciones en la cadena de frío. Además, se aplica un proceso riguroso de capacitación en la parrilla, desde el manejo del fuego hasta el trato al cliente.
“Todo se entrena: temperatura, punto de cocción, servicio”, destaca Merino.
Triple reconocimiento en el Asado Fest
Este 2025, Bifes de la Vaca participó por primera vez en el Asado Fest, uno de los eventos gastronómicos más importantes del país. Su debut fue arrasador: primer lugar en picaña, segundo lugar en costillas de cerdo y tercer lugar en matambre de ternera.
Entre las especialidades que recomienda la casa se encuentran el matambre al limón, el matambre tradicional, la provoleta con chistorra, el churrasco jugoso y el Ribeye marmoleado.
“Si prefieres la carne con grasa, el churrasco es ideal. Si buscas un sabor más intenso, el Ribeye nunca decepciona”, afirma Valeria.
La participación en el festival no solo fue una victoria gastronómica, sino una vitrina de exposición para la marca.
“Nunca habíamos estado en ferias o festivales. Armamos el stand sin saber hasta dónde íbamos a llegar. Fue un desafío enorme que nos dejó muy orgullosos. Los tres premios son el reflejo de 11 años de trabajo constante y respeto por la calidad”, expresa emocionada.
Mirando hacia el futuro
El crecimiento de Bifes de la Vaca no se detiene. Su objetivo inmediato es consolidarse aún más en Quito y luego expandirse a nivel nacional. Cada local pertenece directamente a la marca, lo que permite mantener el control total sobre los estándares de calidad. Además, el equipo ya trabaja en una nueva línea de eventos privados y parrilladas a domicilio, para llevar la experiencia del restaurante hasta los hogares.
“Queremos replicar en casa la misma experiencia que ofrecemos en el restaurante. Ya estamos desarrollándolo con el equipo de operaciones”, detalla Merino.
Más allá de su carta, Bifes de la Vaca se ha convertido en una marca que representa compromiso, transparencia y sabor local. Su parrilla a la vista, el trato cercano y los precios justos han ganado la lealtad de sus clientes, posicionándolo como uno de los favoritos entre los amantes del asado en la capital.