Un joven de 20 años, identificado como William Roley, disparó contra un grupo de bomberos en la montaña Canfield, en Coeur d’Alene, estado de Idaho Estados Unidos, después de que le pidieran mover su vehículo que obstruía el paso de los equipos de emergencia.
Según reportes oficiales, Roley vivía en su automóvil y había provocado intencionalmente un incendio forestal con el objetivo de atraer a los bomberos hacia una emboscada que había preparado previamente.
Ataque con arma de fuego desde posición elevada
Cuando los bomberos llegaron a la zona para sofocar el incendio, el atacante disparó desde una colina con un rifle francotirador. En el acto murieron el jefe de batallón John Morrison, de 52 años, y su compañero Frank Harwood, de 42. El ingeniero David Tysdal, de 47, resultó herido de gravedad y fue sometido a una cirugía de emergencia.
La búsqueda del atacante involucró a más de 300 agentes del FBI, SWAT y cuerpos de seguridad locales. Finalmente, Roley fue encontrado sin vida por una herida autoinfligida junto a su arma, según el reporte del sheriff Bob Norris.
Sin antecedentes ni manifiesto
Hasta el momento, las autoridades no han encontrado evidencia de un manifiesto ni razones claras detrás del ataque. Se presume que Roley actuó de manera premeditada, pero sin dejar pistas concretas sobre su motivación.
El gobernador de Idaho, Brad Little, condenó el hecho como “atroz” y expresó su solidaridad con las familias de los bomberos caídos. El incidente ha generado conmoción en todo el país.
Un hecho que agrava la crisis de violencia armada
Este suceso se suma a los más de 180 tiroteos masivos registrados en lo que va del año en Estados Unidos, según el archivo de Gun Violence Archive. El uso de armas de fuego contra funcionarios públicos en cumplimiento de su deber ha generado preocupación entre los servicios de emergencia.
