Vestido de militar y sin disparar un solo tiro, alias “Fede” burló los filtros de seguridad de la Penitenciaría del Litoral. La operación, tan meticulosa como sospechosa, dejó 22 procesados, entre ellos 19 uniformados.
Una consulta médica como coartada
El 20 de junio de 2025, alias “Fede” fue trasladado del pabellón 12, ala 4, hacia el policlínico del penal. Compartía el desplazamiento con otros cuatro reos, supuestamente por motivos de salud. Pero en lugar de regresar a su celda, el cabecilla de Los Águilas tomó un desvío planeado con antelación.
Según información recabada por la Fiscalía, durante el trayecto fue conducido a un punto ciego del penal. Allí se cambió de ropa y se vistió con un uniforme militar. Con el disfraz y el momento justo, salió caminando por la puerta principal sin levantar sospechas.
Cámaras apagadas y registros alterados
Para que alias “Fede” pudiera salir libremente, se apagaron las cámaras de seguridad. Además, se alteraron los registros de ingreso y salida de personal en el sistema del penal. El blindaje tecnológico y humano de la Penitenciaría del Litoral fue superado con ayuda desde adentro.
Las autoridades presumen que hubo complicidad directa de personal militar y administrativo. La fuga se concretó sin que se activaran alertas ni se produjera una reacción inmediata.
Un millón para escapar, otro para encontrarlo
Fuentes cercanas a la investigación revelaron que alias “Fede” habría pagado cerca de un millón de dólares para ejecutar su fuga. Esta suma habría sido distribuida entre los involucrados en la operación, incluyendo a uniformados y funcionarios del sistema penitenciario. En contraste, el Gobierno ha ofrecido una recompensa de un millón de dólares por información que conduzca a su recaptura.
“No fue error, fue traición”
El presidente Daniel Noboa fue contundente: “Esto no fue un error, fue una traición”. La reacción oficial llegó rápidamente tras conocerse la fuga. Se dictó prisión preventiva contra 22 personas, entre ellas 19 militares, dos funcionarios del SNAI y un interno.
Alias “Fede”, uno de los objetivos de más alto valor del sistema carcelario, estaba detenido desde enero y tenía un extenso historial vinculado al tráfico de armas y la conexión con el cártel mexicano de Jalisco Nueva Generación.
