Guayaquil busca convertirse en una ciudad más verde y sostenible. El año pasado se logró la meta de sembrar 2.800 árboles nativos y endémicos de diferentes especies; en lo que va del presente año se han sembrado 136, y la metas es cerrar el 2024 con la siembra de 3.000 árboles, según estadísticas de la Dirección de Ambiente y Preservación de Áreas Verdes del Municipio de Guayaquil.
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Sin embargo, frente al calor extremo que se siente en la ciudad, por las altas temperaturas y la humedad, la ciudadanía se pregunta, ¿si este clima afecta a las plantaciones o árboles?, pues por varias avenidas de la urbe porteña se pueden visualizar arbustos que han perdido todas sus hojas.
Consultamos al ingeniero agrónomo Jorge Lasso, especialista en áreas verdes, sobre el tema y, explica que “ninguna planta se afecta por el exceso de sol”. “Naturalmente las plantas viven bajo el sol. Y los árboles son frondosos precisamente para generar un microclima en la parte de abajo y que se mantenga fresco”, explica.
No obstante, agrega, el calor extremo sí repercute en los trabajos agrícolas. “Cuando aumenta la humedad y la temperatura se crea un ambiente adecuado para que exista una explosión de enfermedades fungosas o enfermedades de hongos. Normalmente hay hongos en todos lados, pero se mantienen en bajo nivel. Estos hongos microscópicos al encontrar calor y humedad empiezan a desarrollarse y, lo primero que hacen es descomponer la materia orgánica: los árboles que ya están caídos, los árboles que se están muriendo, la basura… Eso es un beneficio natural, pero cuando ya no hay qué descomponer, el hongo vuela con el viento y puede generar alergia en los niños, enfermar a otro tipo de plantas como el cultivo de tomates, sandías, pimiento, entonces el exceso de calor afecta a la producción de hortalizas y, por lo tanto, sube el precio también”, señala Lasso.
¿Por qué existen árboles sin hojas en Guayaquil?
La razón de la caída de las hojas de los árboles no se debería al calor extremo, si no a las fumigaciones que se han realizado para acabar con la plaga cochinilla.
Desde la Dirección de Ambiente aseguran que el plan de acción en contra de la plaga la cochinilla ha funcionado. “Realizamos podas fitosanitarias formativas y de aclareo, fumigaciones con productos amigables con el medio ambiente, aplicación de tratamiento de endoterapia, riego y fertilización. Como resultado evidenciamos nuevos brotes sanos en sectores como Av. Kennedy, Av. Carlos julio Arosemena, Av. Isidro Ayora, Av. Vicente Trujillo, Av. Domingo Comín, Av. De Las Américas, triángulo de la Ferroviaria, Av. Barcelona, entre otras. 2.800 árboles han recibido este tratamiento, de los cuales el 80 % han reaccionado de manera positiva”, asegura esta dependencia municipal.
Sobre este tema, Lasso también explica que Guayaquil por ser una ciudad muy caliente se ha visto afectada por la cochinilla.
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“La cochinilla ataca plantas de hojas anchas y hojas suaves porque son insectos áfidos, que chupa la savia dejando la hoja sin líquido. Esa hoja se seca y se cae. La cochinilla bota un excremento que es como una goma, y esa goma cae sobre otra hoja. Ese excremento se llena de polvo y se hace negro… eso también hace que los árboles se queden sin hojas”, señala el especialista.
¿Guayaquil cumple con alguna recomendación sobre el porcentaje de áreas verdes?
En base a una consultoría realizada en el año 2014, se indica que mediante el inventario de áreas verdes, Guayaquil tiene aproximadamente 24 metros cuadrados de áreas verdes por habitante. “Estamos realizando gestiones pertinentes para tener un censo actualizado y detallar este tipo de parámetros establecidos”, señala la Dirección de Ambiente.
Y es que el vivir más cerca de las áreas verdes, sembrar árboles o tener césped es fundamental para contrarrestar el calor y tener más oxígeno. “Lo recomendable sería que las ciudadelas tengan al menos un 30% de su área total como áreas verdes”, dice Lasso.
Como recomendación para quienes viven en lugares o sectores donde no hay áreas verdes, se aconseja sembrar plantas en maceteros para refrescar los espacios de la casa.
“Escoger árboles pequeños, especies nativas como el guasmo, guachapelí, guayacán y sus múltiples variedades, palmeras, estas especies proporcionan sombra y frescura, y mantenemos la identidad de los árboles nativos de Guayaquil”, confirma.
Además, las familias también pueden sembrar césped. “Es bueno sembrar césped, no da sombra pero un metro de césped te proporciona oxigeno para una familia pequeña”.
Además, el césped ayuda a prevenir la erosión, ayuda a controlar la temperatura, genera oxígeno y crea ambientes agradables para el juego de los niños.
“La combinación de muchos árboles, jardinerías, césped, maceteros, fuentes y ríos limpios espacios verdes, debería ser un factor común en ciudades calientes como Guayaquil”, concluye el experto.