Uno de los animales más peligrosos de África, los hipopótamos, llegó a un pueblo de Doradal, Colombia, por un capricho del narcotraficante Pablo Escobar. Ahora, son 160 que se reproducen sin control en el departamento de Antioquia, noroeste del país.
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Ante eso se ha planteado posibles soluciones ante la “invasión” de estos animales: Esterilización, traslados internacionales, cacería. Pero los organismos ambientales adviertes de una “tragedia” inminente.
Los hipopótamos ahora son los principales atractivo de miles de turistas que llegan a conocer la extravagante hacienda de Escobar.
Sin embargo, en 1993, luego de la muerte del narcotraficante a manos de la policía en un intento de fuga, los pocos hipopótamos que estaban en su zoológico privado quedó abandonada en una zona donde abunda el alimento y no hay grandes predadores.
“Tragedia” es inminente:
Actualmente, una nueva manada se está consolidando en un pequeño lago a unos 20 metros de la escuela, explicó David Echeverri, funcionario de la autoridad ambiental local (Cornare), que lo cita la AFP.
En ese lugar hay más de 35 niños que se pueden acercar a ellos y generar una tragedia. Esto, porque el comportamiento de los hipopótamos es muy impredecibles, ya que se los ve muy relajados, pero pueden atacar en cualquier momento.
El año pasado el Ministerio de Ambiente de Colombia declaró a los hipopótamos “especie invasora”, abriendo la puerta a eventuales cacerías de este animal.
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Una investigación de la estatal Universidad Nacional estima que para 2035 la población podría llegar a mil hipopótamos y plantea la posibilidad de una eliminación con armas de fuego, pero los expertos y moradores del lugar lo rechazan.
También se evalúa la posibilidad de enviarlos a otros países como México y La India. Ecuador rechazó esta propuesta.