Pero los estudiantes del colegio Montúfar tampoco se quedaron de brazos cruzados, cerraron dos carriles de la avenida Napo, al sur de Quito, en sentido norte-sur y el servicio de transporte estuvo inhabilitado. En los dos escenarios se presentaron altercados con la policía.
Los uniformados llegaron desde horas tempranas en caballos y antimotines para evitar que los jóvenes ingresen a la laguna pero aún así los secundarios se dieron modos para empujarse al agua. Pasado el medio día llegaron más estudiantes y se vivió un carnaval masivo que era observado por transeúntes y más de uno salía salpicado de la fiesta del Carnaval.
Sin embargo, en el sur capitalino la fiesta se les acabó cuando llegaron varios agentes de la Policía para disipar a los jóvenes, que tenían cual armas de defensa bombas de agua, harina, espuma, huevos, etc con los cuales respondieron a los uniformados desde el paso peatonal frente al colegio Montúfar. La ira de los policías los obligó a botar bombas lacrimógenas.
Dos menores fueron detenidos, uno en cada “guerra carnavalera”.