Sebastián Beccacece apostó fuerte. Salió de la altura de Quito y eligió el calor y la humedad de Guayaquil para enfrentar a Brasil, una de las selecciones más poderosas del planeta. La decisión no fue solo logística o comercial, sino táctica: quería poner a prueba a su equipo en condiciones neutras, sin la ventaja geográfica de la ‘altura’. Esto, como preparativo para el Mundial de 2026.
Ecuador le jugó de tú a tú al ‘Scratch’, empatando 0-0 en un Monumental lleno y demostrando que está preparado para competir en cualquier terreno. De hecho, dominó el balón, tuvo posesión y supo controlar los ataques del equipo de Ancelotti.
“Nos quedamos con la ilusión de ganar. Tenemos la sensación que el resultado nos quedó cortito, quisimos probar estar lejos de la altura y nos llevamos muy buena información. Lo que más destaco es que pudimos jugar de igual a igual”, dijo Beccacece orgulloso de sus dirigidos.
Ecuador se mide con los grandes en igualdad de condiciones
La Selección de Ecuador no solo sumó un punto clave que la mantiene en zona de clasificación al Mundial 2026, sino que validó una propuesta futbolística ambiciosa y valiente. Sin excusas. Sin atajos. Jugando al ritmo que impone el nivel internacional, Ecuador fue sólido en defensa, dinámico en el medio y competitivo en todo el partido ante figuras de élite como Vinicius Jr., Richarlison, Bruno Guimarães o Marquinhos.
Beccacece quería saber si sus jugadores podían resistir y proponer sin depender de la altitud, y el resultado fue positivo.
Un equipo que ilusiona por su identidad
Desde el fondo hasta el medio campo, el equipo muestra una identidad clara. La defensa sigue siendo el punto más alto del equipo: Ecuador es la selección menos goleada de las Eliminatorias (5 goles en 15 fechas). La seguridad que dan Félix Torres, Piero Hincapié, Willian Pacho, Joel Ordóñez y Pervis Estupiñán es determinante.
En el arco, Gonzalo Valle respondió con personalidad en el duelo ante Brasil, reemplazando con solvencia al lesionado Hernán Galíndez, quien será el titular en lo que resta del proceso.
En el medio campo, la combinación de Moisés Caicedo, Alan Franco y Pedro Vite le da a Ecuador ritmo, recuperación, posesión y proyección ofensiva.
El tridente ofensivo, el único detalle pendiente
El experimento en Guayaquil sirvió para demostrar que Ecuador ya no depende del contexto para competir, pero también dejó en evidencia que el único punto por afinar sigue siendo el ataque.
Enner Valencia es el referente, pero su ausencia genera dudas. Beccacece deberá seguir probando para saber qué jugador es el indicado.
A pesar de eso, el plan fue exitoso. Beccacece le encontró forma y personalidad a su selección, ahora solo necesita dar con el ‘9’ ideal para completar el rompecabezas.