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Cultura del agua: sabemos cómo ahorrar y cuidarla, pero falta voluntad para hacerlo

Que el agua llegue cómodamente a nuestros hogares requiere un esfuerzo técnico, económico y de conservación, que involucra a todos.

Actualmente, como sociedad, enfrentamos varios retos para consolidar una cultura del agua. Pese a que muchos conocemos cómo ahorrar agua y la importancia de cuidar este recurso, muy poca voluntad existe de poner en práctica estas recomendaciones en nuestra vida diaria.

Para abordar el tema, empecemos por el origen de las fuentes de agua del DMQ.

El páramo, la fuente principal de este recurso en Quito

Según Juan Carlos Romero, Gerente Ambiental de la Empresa Pública Municipal de Agua Potable y Saneamiento de Quito – Agua de Quito, es necesario promover el consumo responsable y sobretodo, el cuidado de las fuentes proveedoras como: los páramos, los bosques y los acuíferos que son reservas subterráneas de agua. De estas zonas se obtiene el agua cruda de calidad lista parta ser potabilizada y distribuida en la capital.

Explica que Epmaps se encarga de distribuir el líquido vital hacia la ciudad, así como a zonas rurales y otras más alejadas como Gualea y Nanegalito, ubicadas en la parte alta del Chocó Andino.

Cada fuente posee sus propias características y por ende, sus problemáticas; los bosques y paráramos por ejemplo, requieren una gestión que permita conservar y mantener la funcionalidad de los ecosistemas para que las zonas hídricas sean adecuadas durante el proceso de captación de agua cruda. “El proceso se ha complicado debido a la presencia de actividades de ganadería y agricultura, así como la contaminación a causa del motocross o la circulación de vehículos pesados”, señala Romero.

Además, el uso de agroquímicos y pesticidas cerca de las fuentes de agua comprometen estas áreas, haciendo que estos territorios sean más vulnerables, indica.

Otro de los problemas a los que se enfrentan es a la pérdida de gran parte de la cobertura vegetal a causa de incendios y la tala masiva de árboles.

Por otro lado, en el caso de los acuíferos, hay riesgo de contaminación del agua subterránea, pues aunque no se han desatado problemas de tal magnitud, Romero señala que pueden originarse filtraciones que generen contaminación.

De las fuentes a nuestros domicilios

El proceso y el recorrido para que el líquido vital llegue a nuestros hogares es complejo, requiere de grandes inversiones y avanzada infraestructura. El agua, luego de ser captada, se conduce a las 23 plantas de tratamiento de agua potable. El agua que proviene del Cotopaxi llega a la Planta de Puengasí; la que viene del Parque Nacional Antisana a la Planta El Troje; la del parque Nacional Cayambe Coca a la plantas de Bellavista y Paluguillo; la del eje Pichincha – Atacazo va hacia la planta El Placer.

Posterior a este proceso, se inicia la potabilización bajo los controles que rige la norma INEN 1108, para finalmente ser distribuida a través del sistema de agua potable para el Distrito Metropolitano de Quito conformado por más de 7.600 km. de tuberías.

Cabe recalcar que el Agua de Quito puede ser consumida directamente de la llave de agua debido a los altos estándares de control de calidad que se mantienen durante el proceso de potabilización, minuciosos controles químicos, biológicos y físicos seleccionando varias muestras para monitorear la calidad. Para esto, el usuario debe mantener en buen estado las tuberías y/o cisternas del hogar, con materiales adecuados, para evitar contaminación del líquido vital y fugas.

“Tenemos una cultura de mal uso del agua”

Pese a que el agua que se consume en Quito es de gran calidad y muy pocas ciudades logran este tipo de estándar, todavía no hay un uso adecuado del recurso. “Los ciudadanos lavan sus autos, hacen limpieza de sus patios o usan para riego, son acciones que consideramos como una cultura de mal uso del agua”, acota Romero.

Asimismo, señala que la infraestructura hidráulica y sanitaria para el alcantarillado es muy costosa, pues la inversión de decenas de millones dólares cubre la ciudadanía. Por lo que el cuidado y la cultura del agua implica un desafío técnico y financiero.

Por ello, se insta a la ciudadanía a que no solo tenga conocimiento de cómo cuidar el agua sino voluntad y sensibilidad para llevar a cabo las acciones que permitan conservar el líquido vital. Cuidar también implica ser conscientes de las actividades que dañan al ecosistema páramo. “Todo el mundo sabe cómo cuidar el agua, lo que hay que hacer es ponerlo en práctica”, culminó Romero.

El trayecto del agua de Quito

1. Conservación de cuencas hídricas: El páramo, bosques y acuíferos son las principales fuentes de agua cruda para el DMQ.

2. Captación y conducción: El proceso se inicia con la captación de agua cruda de las fuentes, especialmente de Papallacta que llega a la Planta de Bellavista y aporta el 30% del suministro de agua para el DMQ, seguida del sistema del Río Pita que abastece a la Planta de Puengasí y aporta un 25%, a los que se suman otros sistemas menores. El sistema páramo que rodea a la capital es crucial para alimentar estas fuentes de agua desde el inicio del ciclo.

3. Centrales hidroeléctricas: Aunque la Epmaps ofrece los servicios de agua potable y saneamiento, también ha incursionado en el sector hidroeléctrico, para lo cual aprovecha la fuerza del agua e infraestructura disponible, en todas sus etapas productivas. Actualmente funcionan seis centrales y microcentrales hidroeléctricas que generan alrededor de 208,565 megavatios hora (MWh).

4. Plantas de tratamiento de agua potable: Existen 23 plantas de tratamiento de agua en Quito, que procesan alrededor de 7,2 metros cúbicos por segundo. Las más grandes son: Bellavista, Puengasí, El Placer, Paluguillo y El Troje. Las plantas reciben el agua cruda, la procesan y la transforman en agua potable a través de métodos físico- químicos que cumplen altos estándares de calidad.

5. Almacenamiento: Todas las plantas de tratamiento de agua cuentan con un laboratorio de control de calidad. Antes de liberar el agua tratada a la red de distribución, se toman muestras cada dos horas y se verifica que cumplan con los parámetros de calidad: físicos, químico y bacteriológicos al 100%.

6. Distribución de agua potable: El agua tratada se distribuye en toda la población del Distrito Metropolitano por 7 mil kilómetros de red. El agua sale de las plantas al 100% en calidad y se mantiene así en la red de distribución hasta abrir la llave de agua en los hogares. La red alcanza una cobertura del 98%.

7. Recolección y saneamiento: El sistema cuenta con una red de alcantarillado de 5.824 km de redes principales y secundarias que recolectan el agua servida y la descarga al sistema de tratamiento que en su mayoría falta por construir.

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