El pasado sábado 19 de julio, un joven identificado como Joao fue víctima de un violento asalto en el sector de Chillogallo, en el sur de Quito. El ataque ocurrió cuando salía de una reunión con amigos y esperaba un taxi para regresar a casa, tras finalizar su jornada laboral.
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Joao relató a Metro Ecuador que, al no encontrar transporte, decidió contactar a sus familiares para que lo recogieran. Mientras sacaba su teléfono móvil, sintió un pinchazo en el cuello y escuchó una voz que le decía: “Pasa el teléfono”.
En un primer momento pensó que se trataba de una broma de uno de sus amigos. Pero al girar, se encontró con un desconocido que lo amenazaba con un cuchillo de gran tamaño.
“Yo en shock no me defendí, solo levanté las manos. El sujeto tomó mi celular y se subió a un carro donde lo esperaban otras personas”, contó Joao, aún con temor.
El hecho ocurrió en la intersección de las calles Carlos Bonilla y avenida Mariscal Sucre. Según la víctima, el asaltante escapó en cuestión de segundos. Joao evitó cualquier resistencia por temor a ser herido.
“Solo esperé que quitara el cuchillo de mi cuello para poder respirar de nuevo. Por suerte no me pasó nada, pero el novio de una amiga, cuando le robaron, lo apuñalaron en la pierna”, agregó.
Sin denuncia ni seguimiento
Joao decidió no reportar el asalto al ECU 911 ni presentar una denuncia formal. Asegura que desconfía del proceso de investigación y seguimiento por parte de las autoridades.
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“No hay un sistema eficaz que realmente acompañe a las víctimas. Por eso muchos preferimos callar y seguir con miedo”, lamentó.
Este nuevo caso de robo violento se suma a los numerosos incidentes reportados en el sur de la capital, donde los asaltos con armas blancas se han vuelto frecuentes en sectores residenciales y comerciales.