Una noche de terror se vivió el 25 de junio en el sector de la Prosperina, noroeste de Guayaquil, por la persecución contra Policía Nacional que liberó en esa zona a dos ciudadanos secuestrados.
Las personas, según informó la Policía, fueron rescatadas de un secuestro exprés por el cual sus captores exigían la impresionante suma de 50.000 dólares.
El teniente Roberto Pastor, segundo comandante del Distrito Nueva Prosperina, brindó los detalles de esta operación cinematográfica.
Todo comenzó el día de ayer, aproximadamente a las 20:30 horas, cuando una ciudadana alertó a las autoridades. Su hija había sido secuestrada a la altura de “la entrada de la 8″ por cuatro individuos vestidos de negro y encapuchados.
La víctima y su acompañante se encontraban cerrando su local comercial cuando fueron sorprendidos por los delincuentes.
Inmediatamente, las unidades policiales se activaron, dando inicio a una persecución ininterrumpida por las arterias viales del distrito, específicamente en Casuarina, detrás del Fortín.
La presión policial dio frutos rápidamente. “Logramos la neutralización de un individuo de nacionalidad extranjera, quien manejaba el carro que era un vehículo de color amarillo, en donde posiblemente la llevaron a la señora secuestrada”, explicó el teniente Pastor. En este punto, los agentes neutralizaron la amenaza inicial.
La operación no terminó ahí. Con la colaboración de las unidades de inteligencia, como la UNASE (Unidad Antisecuestro y Extorsión), se logró la captura de otro implicado en el distrito Florida. Ambos individuos fueron posteriormente reconocidos por las víctimas, confirmando su participación en el secuestro.
Según el teniente Pastor, los secuestradores estaban exigiendo la exorbitante cifra de 50.000 dólares por la liberación de las personas. Afortunadamente, la intervención policial frustró este intento de extorsión y permitió que las víctimas regresaran sanas y salvas a sus hogares.
Durante el operativo, la policía también logró la incautación de un arma de fuego, la cual ya fue puesta a órdenes de la autoridad competente. Si bien los primeros indicios no revelan antecedentes penales de los detenidos, las unidades de inteligencia continúan trabajando para determinar el grado de peligrosidad de estos individuos y si pertenecen a alguna banda delictiva.