Un buque de carga identificado como Morning Midas, operado por la empresa Zodiac Maritime, se incendió el 3 de junio de 2025 mientras transportaba aproximadamente 3.000 vehículos nuevos desde Yantai, China, hacia México.
Entre los vehículos afectados se encontraban alrededor de 70 autos eléctricos, 681 híbridos y más de 2.000 automóviles convencionales.
Transportaba toneladas de combustible y gas marino
La Guardia Costera de Estados Unidos informó que, en el momento del accidente, la embarcación también transportaba 350 toneladas de gas marino y 1.530 toneladas de combustible de bajo contenido de azufre.
El fuego habría comenzado en la zona de carga donde se ubicaban las baterías de iones de litio, altamente inflamables. A pesar de los intentos por controlar las llamas, la tripulación de 22 personas se vio obligada a evacuar el barco tras agotar los sistemas de emergencia.
El buque quedó a la deriva y terminó hundido
Tras el incendio, el carguero quedó a la deriva durante más de tres semanas en el océano Pacífico Norte, a unos 700 kilómetros al sur de las islas Aleutianas, en Alaska, en una zona con más de 5.000 metros de profundidad. Las condiciones meteorológicas adversas y los daños estructurales impidieron su rescate o remolque.
El suboficial Cameron Snell, portavoz de la Guardia Costera estadounidense en Alaska, declaró: “En este momento, también contamos con embarcaciones en el lugar para responder ante cualquier contaminación”.
Hundimiento sin derrames visibles, pero con alerta ambiental
El 24 de junio de 2025, el Morning Midas se hundió por completo, arrastrando consigo la carga de miles de vehículos. Aunque la Guardia Costera indicó que no se reportaron derrames visibles, dos buques de rescate permanecieron en la zona para evitar posibles fugas de contaminantes.
Además, se espera la llegada de un tercer buque equipado con sistemas de recuperación de hidrocarburos, lo que evidencia la preocupación por un potencial impacto ambiental.
Alerta por el impacto ecológico y económico
El incidente ha generado inquietud no solo por la pérdida de miles de vehículos, sino también por el riesgo de una catástrofe ecológica.