En un gesto cargado de simbolismo, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski se presentó en la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en La Haya vestido con un traje completamente de negro. El cambio de vestimenta ha generado diversas interpretaciones sobre su significado político y diplomático.
Alejado del verde oliva que lo caracterizó desde el inicio de la invasión rusa en 2022, Zelenski optó por una chaqueta táctica oscura, polo negro, pantalones a juego y sin corbata.
En la fotografía oficial del evento, Zelenski aparece junto a líderes como Emmanuel Macron, Petr Pavel y Ursula von der Leyen, todos vestidos bajo el código clásico de la diplomacia internacional. Su atuendo, funcional pero sobrio, contrasta con la formalidad de los demás mandatarios.
Algunos analistas lo leen como una señal de duelo o seriedad extrema, reflejo del desgaste de más de dos años de guerra. Otros lo ven como una estrategia para adaptarse a los nuevos escenarios diplomáticos, especialmente tras recientes tensiones en Estados Unidos.
A finales de febrero, Zelenski visitó la Casa Blanca y se reunió con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien lo elogió por su sudadera negra. Sin embargo, un periodista le cuestionó por no usar traje. “¿Por qué no se pone un traje? Usted es el nivel más alto en la oficina de este país?“, preguntó el comunicador.
A lo que el mandatario respondió: “Me pondré un traje cuando termine esta guerra”. Esta respuesta se ha interpretado como una reafirmación de que, aunque el tono se suaviza, Ucrania sigue en conflicto y necesita respaldo.
Mira el video
Durante su intervención en la cumbre, Zelenski mantuvo un discurso firme: pidió a los países europeos destinar al menos el 0.25% de su PIB a la ayuda militar para Ucrania y reforzar las sanciones contra Rusia. Así, aunque el uniforme verde ha quedado atrás, el mensaje de resistencia y urgencia permanece intacto.
El negro, en este contexto, parece simbolizar una nueva etapa: ni paz, ni derrota, sino transición. Un código visual para comunicar que Ucrania sigue luchando, pero que también busca una salida diplomática que requiera otro lenguaje, otro tono y otra presencia.
Zelenski no necesita traje para ser escuchado. Pero hoy, más que nunca, está afinando el estilo con el que quiere ser entendido por el mundo.
