Un nuevo hecho violento deja al desnudo la vulnerabilidad del sistema penitenciario del país. Daniel Salcedo, que recientemente fue trasladado a la cárcel de Riobamba desde La Roca en Guayaquil, fue blanco de un intento de asesinato. Su hermano menor, Noé Salcedo, quien compartió celda con él durante unas horas resultó herido.
Así fue el intento de asesinato
El ataque se desencadenó pocas horas después de que los hermanos se reencontraran en la misma celda. De forma abrupta, cuatro individuos, que portaban armas de fuego y armas blancas, irrumpieron en el espacio. Su objetivo, presuntamente, era acabar con la vida de Daniel Salcedo.
Según relató desde los exteriores de la cárcel a medios locales el comandante de la Brigada de Caballería Blindada Número 11 Galápagos, Carlos Ayala, en medio del caos, Noé Salcedo “se opuso y recibió heridas de fuego y armas blancas” al intentar proteger a su hermano. La rápida respuesta de las autoridades, alertadas por la violenta irrupción, fue crucial.
Identificaron a implicados
Noé Salcedo fue trasladado de inmediato al hospital de Riobamba, activándose el Código Plata. A pesar de la gravedad de sus lesiones, su pronóstico es estable.
Tras el incidente, militares y policías ingresaron al centro penitenciario, logrando identificar a los cuatro internos implicados en el ataque. En el operativo de requisa posterior, se incautó un arma de 9 mm y municiones, evidenciando la peligrosidad de la situación.
El Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI) confirmó, pasadas las 18:00, que Noé Salcedo se encontraba herido pero estable. Por su parte, Daniel Salcedo quedó bajo resguardo, sin lesiones que comprometieran su integridad física.
En respuesta a la emergencia, las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional desplegaron un operativo de requisa e intervención inmediata para retomar el control absoluto del centro penitenciario.
Noé Salcedo se encuentra condenado a 13 años de cárcel por lavado de activos en un caso donde también fue sentenciado a la misma pena su hermano Daniel, por un entramado de empresas que obtuvieron contratos de manera irregular con el Estado.