La comunidad médica internacional se enfrenta a un fenómeno desconcertante: el cáncer de apéndice, históricamente raro, está en aumento, especialmente entre personas nacidas después de 1945, en particular los millennials y la Generación X.
Así lo confirma un reciente estudio publicado en Annals of Internal Medicine, que ha despertado nuevas alertas sobre la necesidad de una investigación más profunda y una detección más oportuna de esta enfermedad.
Tres veces más casos en nacidos a partir de 1980
La investigación fue realizada por el Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt, en Estados Unidos.
Los científicos analizaron datos de 4.858 adultos diagnosticados con cáncer primario de apéndice entre 1975 y 2019.
Al revisar las tasas de incidencia por cada 100.000 personas, segmentadas en períodos de cinco años, hallaron un patrón preocupante: los casos se triplicaron en la cohorte nacida en 1980 y se cuadruplicaron en la de 1985.
Este aumento se refleja en todos los subtipos histológicos del tumor, aunque con distintas magnitudes. El patrón sugiere que las generaciones más jóvenes podrían enfrentar una carga futura de enfermedad mayor de lo que se pensaba, razón por la cual los expertos llaman a reforzar la conciencia pública y médica sobre este tipo de cáncer.
Qué es el cáncer de apéndice y por qué preocupa
El cáncer de apéndice se origina en las células del apéndice, una pequeña estructura en forma de tubo ubicada en el abdomen.
Aunque su función exacta aún no está del todo clara, se sospecha que cumple un papel en el sistema inmunitario.
De acuerdo con el Instituto Nacional del Cáncer de EE. UU., existen dos formas principales de este tumor: el epitelial, que genera mucina y puede provocar pseudomixoma peritoneal; y el neuroendocrino, que se desarrolla a partir de células involucradas en la producción de sustancias químicas digestivas.
Los síntomas suelen ser inespecíficos: dolor abdominal, hinchazón, náuseas o sensación temprana de saciedad. En muchos casos, el diagnóstico ocurre de manera incidental, durante una cirugía por apendicitis sospechada.
Diagnóstico complejo y tratamiento quirúrgico
Detectar este tipo de cáncer requiere pruebas de imagen como tomografías, resonancias magnéticas y laparoscopias, además de biopsias para identificar el tipo y estadio del tumor. El tratamiento habitual incluye la extirpación del apéndice, y en casos más avanzados, cirugía abdominal mayor y quimioterapia, especialmente si hay diseminación hacia otros órganos.
Un llamado a la vigilancia médica
Dado que las tasas más altas se concentran en personas jóvenes, los autores del estudio subrayan la necesidad urgente de mejorar la vigilancia clínica, así como fomentar la investigación etiológica que permita entender qué factores podrían estar impulsando esta tendencia.
El cáncer de apéndice, aunque raro, podría estar dejando de ser una excepción para convertirse en una preocupación creciente en el ámbito oncológico mundial.