La decisión del Consejo de Seguridad Nacional detiene la aplicación de la ley que sancionaba a mujeres por no llevar hiyab. La presión social, encabezada por el movimiento “Mujer, Vida, Libertad”, marca un antes y un después en la República Islámica.
Irán ha suspendido la aplicación de la ley que imponía el uso obligatorio del velo islámico a las mujeres, una normativa que estuvo en vigor durante más de cuatro décadas. La medida fue anunciada por el presidente del Parlamento, Mohamed Bagher Ghalibaf, tras una resolución del Consejo de Seguridad Nacional, organismo con autoridad superior conforme a la Constitución iraní.
La normativa, aprobada en 2023, contemplaba multas, restricciones de servicios públicos y penas de prisión para las mujeres que no cumplieran con el código de vestimenta. Esta decisión, sin embargo, marca una ruptura simbólica con el control estatal sobre los cuerpos femeninos.
El inicio de la resistencia
La presión social ha sido clave en esta suspensión. Desde la muerte de Mahsa Amini en 2022, mientras se encontraba bajo custodia policial por no usar el velo correctamente, el país vivió una ola de protestas sin precedentes. El lema “Mujer, Vida, Libertad” se convirtió en símbolo de lucha por los derechos civiles y la autonomía femenina.
Miles de mujeres comenzaron a aparecer sin velo en las calles, en redes sociales y en espacios públicos, desafiando abiertamente una norma impuesta desde la Revolución Islámica de 1979.
Cautela ante la medida
Pese a la suspensión, activistas y organismos internacionales mantienen la cautela. Temen que pueda tratarse de una estrategia política temporal ante el aumento del descontento interno y presión internacional.
¿Un punto de inflexión o una concesión estratégica?
Aunque esta suspensión representa una victoria simbólica para el movimiento de mujeres en Irán, aún está por verse si se consolidará en una reforma estructural del sistema legal.
