Una mujer embarazada de ocho meses falleció de forma trágica luego de ser atacada por un cocodrilo que irrumpió en su vivienda tras una serie de inundaciones provocadas por intensas lluvias en la región de Mambulu, en el distrito de Nunukan, Indonesia.
La víctima, identificada como Munirah, de 28 años, se encontraba cocinando en su casa construida sobre pilotes cuando el reptil, de más de cuatro metros de largo, emergió desde el río desbordado e ingresó violentamente a la vivienda. El cocodrilo la arrastró hasta el agua, mientras su hermana presenciaba impotente la escena.
El cuerpo fue hallado flotando en el río Mambulu
Horas más tarde, el cadáver de Munirah fue encontrado sin vida y flotando en las aguas del río cercano. Pese a los esfuerzos de los pobladores, nada se pudo hacer para salvarla a ella ni a su bebé no nacido.
Este lamentable hecho ha causado una fuerte conmoción en la comunidad, que ha pedido una intervención urgente de las autoridades ante el aumento de estos ataques.
Aumentan los ataques de cocodrilos tras inundaciones
El caso de Munirah no es aislado. Según cifras recopiladas por medios locales y organizaciones de conservación, Indonesia registró 179 ataques de cocodrilos en 2024, de los cuales 92 fueron fatales, consolidando al país como el más afectado a nivel mundial por esta problemática.
Expertos explican que el fenómeno se debe a la deforestación masiva, el crecimiento descontrolado de plantaciones de aceite de palma y el impacto del cambio climático, que alteran el ecosistema y desplazan a los cocodrilos hacia zonas pobladas.
Autoridades piden precaución y acción urgente
Las autoridades locales emitieron una alerta a los pobladores, recomendando precauciones extremas en las zonas afectadas por inundaciones. Se reforzarán patrullajes fluviales y se evalúan medidas para contener a los cocodrilos que se han acercado peligrosamente a los centros urbanos.
En paralelo, organizaciones ambientales han lanzado un llamado para implementar programas de educación comunitaria, construir barreras en zonas críticas y diseñar estrategias de coexistencia con la fauna silvestre.
La muerte de Munirah y su bebé simboliza una alerta grave, la crisis ecológica ya tiene consecuencias humanas directas, y requiere una respuesta coordinada.