Jorge Zamora-Quezada, un reumatólogo que ejercía en Texas, fue declarado culpable de liderar un esquema de fraude médico que se prolongó durante casi dos décadas. El médico diagnosticaba falsamente a sus pacientes sanos con enfermedades crónicas como la artritis reumatoide y luego los sometía a tratamientos invasivos e innecesarios, que incluían quimioterapia y medicamentos inmunosupresores.
Debido a estos procedimientos, Quezada fue sentenciado a 10 años de prisión por el fraude, además el tribunal ordenó la restricción de 28 millones de dólares y entrega de bienes, pues el doctor había logrado obtener 13 propiedades, un jet y un auto Maserati Gran Turismo.
Consecuencias físicas y psicológicas para sus víctimas
Los tratamientos provocaron en los pacientes efectos secundarios, desde daños hepáticos, hasta osteonecrosis y severas limitaciones funcionales. Muchos de ellos testificaron durante el juicio, asegurando que vivieron años bajo el miedo constante de una enfermedad terminal que en realidad no tenían.
Entre los cargos se implicaban estafas a problemas de salud como Medicare, Medicaid, entre otras aseguradoras privadas. En las cuales el médico manipulaba los historiales clínicos y registros médicos para ocultar los falsos diagnósticos para continuar con los tratamientos.
Además, mantenía bajo amenaza a su personal, en especial a empleados extranjeros con visa de trabajo, obligándolos a participar en los diagnósticos falsos para alcanzar las metas económicas de su red médica.
Sentencia final
Después de un largo juicio de 25 días el médico fue hallado culpable por los siguientes cargos
- Conspiración para cometer fraude en la atención médica.
- Siete cargos de fraude a seguros de salud.
- Conspiración para obstruir la justicia.