Un reciente estudio científico del prestigioso Instituto Oswaldo Cruz ha revelado un hallazgo alarmante: 13 tiburones picudos contaminados con cocaína fueron capturados entre 2021 y 2023 en las costas de Recreio dos Bandeirantes, en Río de Janeiro, Brasil.
Publicado en la revista científica Science of The Total Environment, este descubrimiento confirma que las drogas ilegales están contaminando el océano, afectando gravemente a la fauna marina y poniendo en riesgo los ecosistemas costeros.
Contaminación por cocaína en tiburones: qué reveló el estudio
Los investigadores Rachel Ann Hauser-Davis y Enrico Saggioro encontraron que los tiburones contenían niveles preocupantes de cocaína pura y su metabolito, la benzoilecgonina, en tejidos como el músculo y el hígado.
En algunos casos, la cantidad de cocaína triplicaba la de benzoilecgonina, lo que sugiere que la droga llega al mar sin ser metabolizada, probablemente arrojada por laboratorios clandestinos o a través de aguas residuales urbanas sin tratamiento.
Brasil, uno de los mayores mercados mundiales de cocaína, con aproximadamente 1.5 millones de consumidores, representa el 8% del consumo global.
Esta alta demanda agrava la contaminación marina en regiones costeras como Recreio dos Bandeirantes.
Tiburones costeros en riesgo por la bioacumulación de drogas
El tiburón picudo (Sphyrna lewini), una especie vulnerable por la sobrepesca, habita cerca de las costas, lo que lo hace más susceptible a contaminantes marinos.
La bioacumulación de cocaína puede producirse a través de las branquias o por el consumo de presas contaminadas.
Aunque este estudio no analizó el impacto directo en la salud de los tiburones, investigaciones en otras especies como el pez cebra y los mejillones sugieren posibles daños a la visión, comportamiento de caza y sistemas hormonales, lo que podría provocar trastornos reproductivos y enfermedades.
Según los científicos, es muy probable que la cocaína afecte la capacidad de los tiburones para cazar o huir de depredadores, lo que debilita su supervivencia.
Daniel D. Snow, del Nebraska Water Center, afirma que las drogas en el agua pueden causar estrés en peces, mientras que Anna Capaldo, de la Universidad Federico II de Nápoles, ha documentado daños musculares y endocrinos en anguilas expuestas a cocaína.
Drogas en el océano: un problema ambiental creciente
La principal vía de entrada de estas sustancias al océano es el alcantarillado urbano, que transporta residuos humanos y químicos de laboratorios.
En Río, el Canal de Sernambetiba es una fuente de descarga directa al océano Atlántico.
La oceanógrafa Tracy Fanara, de la Universidad de Florida, advierte que detectar metabolitos de cocaína en el agua por orina humana es común, pero la presencia de cocaína pura es motivo de gran preocupación.
En Estados Unidos, también se han encontrado fardos de cocaína perdidos por narcotraficantes en el mar, aunque aún se estudia su posible efecto en los tiburones locales.
Cómo abordar la contaminación por drogas en los océanos
Eliminar drogas del agua mediante el tratamiento de aguas residuales es técnicamente posible, pero altamente costoso.
Por ello, los investigadores instan a la implementación de políticas públicas y legislación ambiental que regulen y monitoreen los niveles de sustancias ilegales en los cuerpos de agua.
“Este descubrimiento resalta la urgencia de actuar para proteger nuestros océanos y la biodiversidad marina”, concluyen Hauser-Davis y Saggioro.
Una amenaza global: cocaína en aguas de todo el mundo
Este problema no es exclusivo de Brasil. Se han detectado residuos de cocaína en ríos y mares cerca de ciudades como Londres y Miami, evidenciando una crisis ambiental de alcance global.
No obstante, la falta de análisis detallados en las áreas donde se capturaron los tiburones limita la comprensión del verdadero alcance del daño ecológico.
Actualmente, Enrico Saggioro lidera un nuevo proyecto para medir los niveles de cocaína en toda la cuenca hidrográfica de Río de Janeiro, lo que podría aportar datos clave para futuras acciones de mitigación.