El caso del crimen ocurrido en el puente de Guápulo, donde dos personas fueron arrojadas al río Machángara, ha revelado nuevos detalles que han cambiado el rumbo de la investigación.
De acuerdo con declaraciones del coronel Galo Muñoz, vocero de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida (Dinased), ambas víctimas tenían antecedentes penales por robo registrados en 2018. Esta revelación desmonta la hipótesis inicial de un secuestro relacionado con una venta de vehículo.
El hombre que falleció tenía 27 años y era de nacionalidad venezolana. Además de los hematomas, se reveló que tenía una herida de bala. Y el sobreviviente es de la misma nacionalidad y tiene 31 años.
“La investigación determinó que no se trató de un secuestro. Fue un ajuste de cuentas entre miembros de una red delictiva vinculada a la comercialización de vehículos de alta gama de procedencia dudosa”, explicó el oficial.
La víctima que sobrevivió aseguró en un inicio que ambos fueron retenidos tras intentar cobrar una deuda de 5.000 dólares. Sin embargo, la Policía confirmó que esa versión era falsa y que existía una relación previa entre las víctimas y sus atacantes.
Las autoridades aseguran que la línea investigativa está clara y que seguirán con operativos para desarticular estas redes. Hasta el momento no hay detenidos por este caso.