A tan solo horas de su inicio, el Vaticano ultima los detalles para el Cónclave de 2025, el evento que definirá al nuevo líder de la Iglesia Católica. La emblemática Capilla Sixtina se encuentra ya dispuesta para recibir a los cardenales electores, mientras que los preparativos logísticos alcanzan su punto culminante.
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La Sixtina, corazón del cónclave
Imágenes recientes muestran la Capilla Sixtina impecable, lista para albergar el trascendental proceso de votación. Este espacio sagrado, famoso por los frescos de Miguel Ángel, se convertirá en el centro del mundo católico durante los días del Cónclave.
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La íntima sala de las lágrimas
Un lugar de especial significado en este proceso es la Sala de las Lágrimas. Este recinto, contiguo a la Sixtina, aguarda al nuevo Papa. Allí encontrará las vestimentas blancas en tres tallas diferentes, la muceta y la estola que lucirá al impartir su primera bendición “Urbi et Orbi” tras el esperado “Habemus Papam”.
Aislamiento y protocolo riguroso
El hermetismo será total durante el Cónclave. Los cardenales electores tienen estrictamente prohibido salir del recinto y no podrán ingresar con dispositivos electrónicos como celulares o cámaras.
Solo se permitirán elementos esenciales como anteojos, bastones, libros y objetos religiosos personales, los cuales serán minuciosamente inspeccionados por la Guardia Suiza antes de su ingreso.
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Sellado de accesos: El umbral del aislamiento
Como señal del inminente inicio del Cónclave, una comisión especial, presidida por el Sustituto para Asuntos Generales, ha procedido al cierre formal de los accesos al Palacio Apostólico.
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Los sellos con la inscripción “Cónclave” y el año “2025” marcan el inicio del aislamiento de los cardenales, un paso crucial en la elección del nuevo Pontífice.