El pasado 7 de febrero de 2024, la Corte Constitucional aprobó el proyecto de sentencia para la despenalización de la eutanasia, que fue planteado por Paola Roldán, quien padece esclerosis lateral amiotrófica (ELA). Frente a esta decisión la Conferencia Episcopal emitió un comunicado rechazando esta decisión.
Los representantes de la Iglesia Católica en Ecuador señalaron que por mandato de la Corte Constitucional, a pesar de contar con apenas un 3,5% de cobertura de cuidados paliativos para la población, “es preocupante observar cómo la cultura del descarte, impulsada por algunos jueces, está convirtiéndose en un nuevo integrante de nuestra realidad social”.
La Conferencia Episcopal señaló que pese a que no se acoge la petición de la demanda de que sea un derecho y, por ende, un servicio público, se convierte en una realidad:
“Muchos enfermos o personas en situaciones vulnerables se verán obligados a recurrir para ‘no ser gravosos o molestos para sus familias o para el Estado’. Estamos ya al inicio de una pendiente resbaladiza cuyos caminos de muerte no engrandecen nunca a una sociedad”.
A su criterio, la sentencia es vaga en cuanto al alcance de sus supuestos: “no se concreta ni desarrolla qué es una “lesión corporal grave e irreversible” ni “enfermedad grave e incurable”.
Según la Conferencia Episcopal se debe especificar qué se entiende por estas expresiones, para no poner en riesgo la vida de personas vulnerables, como, por ejemplo: pacientes psiquiátricos o con trastornos psicológicos, que también estarían expuestas.