China vive un invierno sin restricciones debido al COVID-19 que comenzó hace tres años. Sin embargo, una nueva ola de neumonía infantil tiene a los hospitales saturados lo que ha causado la preocupación de la OMS que ha pedido más información sobre este brote.
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La Organización Mundial de la Salud (OMS) presiona al asiático país para obtener información adicional sobre el brote y buscar medidas de respuesta mejoradas.
Pese a que no están claras las razones de esta enfermedad, algunos expertos la atribuyen como un efecto secundario común y temporal del levantamiento de las restricciones.
Lo que se sabe hasta el momento:
El pasado domingo, el Programa de Monitoreo de Enfermedades Emergentes (ProMED), un sistema de vigilancia que realiza informes globales sobre brotes de enfermedades infecciosas, informó sobre grupos de neumonía no diagnosticada en niños en el norte de China.
Según el informe de ProMED, las infecciones han proliferado en Beijing y la ciudad de Liaoning, en el noreste del país, que están a 800 kilómetros de distancia.
El miércoles, la OMS pidió a China que publicara información sobre el reciente brote, incluida “información epidemiológica y clínica adicional, así como resultados de laboratorio de estos grupos reportados entre niños”.
No se conocen hasta el momento las cifras oficiales de cuántos casos hay, pero los hospitales de Beijing están saturados de pacientes, sobre todo en las salas de niños. “Un importante hospital de la ciudad ha informado que, en promedio, cada día, unos 1.200 pacientes ingresan a su sala de emergencias”, informó el jueves la corresponsal de Al Jazeera, Katrina Yu, desde Beijing.
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Autoridades de la Comisión Nacional de Salud de China atribuyeron el aumento de casos al levantamiento de las restricciones por el COVID-19. Los expertos en salud también coincidieron en que esta podría ser la razón, similar a la “ola de salida del confinamiento” que se observó en países como el Reino Unido.
Síntomas de la neumonía:
La neumonía es una infección que inflama los sacos de aire de uno o ambos pulmones, los que pueden llenarse de fluido.
Los síntomas tienden a incluir dolor en el pecho, tos, fiebre y fatiga. Aunque la enfermedad afecta los pulmones y el cuerpo, puede tratarse con antibióticos cuando es causada por bacterias.
Los plazos de recuperación suelen durar de una semana a un mes o más.