El respeto hacia la autoridad es un punto que poco a poco se ha ido perdiendo constantemente en Ecuador, un claro ejemplo de ello sucedió el pasado 13 de marzo en un edificio al norte de Quito. Tres hombres atacaron a un guardia de seguridad que solo instó a parar la bulla de una fiesta.
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“Kiubo, qué me vas a partir la jeta”, llegó un sujeto reclamando donde el guardia y rápidamente arremete contra él. Inmediatamente, llegan dos hombres más que no tardan en increparlo.
En ese momento, donde el guardia indica que les está pidiendo con respeto que bajen el volumen, el primer hombre entra a la zona de vigilancia y le trata de hacer una llave al cuello.
En pocos segundos, el guardia pone su brazo para tratar de calmarlo y retira su arma de su torso. Fue ahí cuando los dos pasados atacantes lo sorprenden por la espalda y uno de ellos, al parecer, saca un objeto cortopunzante y lo coloca frente al rostro del uniformado.
Por más de un minuto, estos atacantes someten al empleado y con una llave constante al cuello lo llevan al suelo mientras le recalcan que sí va a “partir” la jeta.
El incidente ocurrió a las 00:10; se desconoce cómo terminó el incidente al igual que las consecuencias que tuvieron los involucrados.
Posibles sanciones
El artículo 177 del COIP indica: “La persona que cometa actos de violencia física o psicológica de odio, contra una o más personas en razón de su nacionalidad, etnia, lugar de nacimiento, edad, sexo, identidad de género u orientación sexual, identidad cultural, estado civil, idioma, religión, ideología, condición socioeconómica, condición migratoria, discapacidad, estado de salud o portar VIH, será sancionada con pena privativa de libertad de uno a tres años”.
“Si los actos de violencia provocan heridas a la persona, se sancionará con las penas privativas de libertad previstas para el delito de lesiones agravadas en un tercio. Si los actos de violencia producen la muerte de una persona, será sancionada con pena privativa de libertad de veintidós a veintiséis años”.