Amparo C. le había advertido a su esposo que temía de ser víctima por algún tipo de agresión. Incluso, no quería ir a trabajar. Este miedo se generó porque recibía visitas de personas extrañas, quienes le iban a cobrar un dinero que ella no debía.
Pero esta tarde, mientras trabajaba en un negocio ubicado en Sangolquí, cantón Rumiñahui, fue asesinada de un disparo en la cabeza.
El disparo la dejó malherida, por lo que fue trasladada al Hospital Eugenio Espejo, donde finalmente se confirmó su deceso, según informó la Fiscalía General del Estado.
Poco después de registrado el crimen, la Policía efectuó un patrullaje preventivo cerca al lugar de los hechos. Ahí, uno de los agentes identificó la anomalía en la placa del vehículo en el que se trasladaba el atacante.
Repentinamente aparecieron dos personas con armas en sus manos, quienes se embarcaron en el auto para intentar darse a la fuga, pues se percataron de la presencia policial.
En medio de la persecución, los sujetos abandonaron el carro y, junto a él, también al supuesto coautor del asesinato. Hoy ya fue procesado por dicha conducta penal.
Un privado de la libertad
Este caso tiene como sospechoso a Marlon B., a quien Fiscalía procesó –en calidad de coautor– por su presunta participación en el delito de asesinato. Él sería quien conducía el vehículo en el que se movilizaban los autores materiales de este hecho.
En la audiencia de calificación de flagrancia, desarrollada hoy en el Complejo Judicial Rumiñahui, el fiscal Darwin Jaramillo le formuló cargos con base en los elementos de convicción recabados a partir de cometido el crimen.
La denuncia presentada por el cónyuge de la víctima fue uno de estos: narró que su esposa le había advertido que, al parecer, la anterior persona que atendía el negocio donde trabajaba mantenía deudas con ‘chulqueros’, quienes reiteradamente acudían al establecimiento a cobrar dichos haberes de los que ella desconocía.
Al negarse a pagar por obligaciones que no contrajo, los ciudadanos se marchaban amenazándola de muerte, advertencias que llegaron a cumplirse.
En su relato de los hechos, el fiscal Jaramillo también mencionó que el vehículo que conducía el procesado tenía las placas adulteradas en su serie alfanumérica con cinta adhesiva.
Este argumento –que fue corroborado con una pericia documentológica– también fue expuesta como elemento de convicción.
Con ello, también se desvirtuó lo dicho por Marlon B., quien intentó convencer que dos personas lo contrataron para hacer una carrera y que desconocía que iban a atentar contra la vida de Amparo C. Para Fiscalía, el sospechoso cumpliría un rol en este acto criminal.