Hay una nueva subvariante XBB.1.5 de COVID-19, que proviene de la variante omicrón que se está extendiendo por Estados Unidos y el mundo por la temporada de viajes y el invierno.
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¿Por qué es importante esta subvariante?
Los casos relacionados casi se duplicaron durante la última semana, según estimaciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Lo que se sabe de la subvariante XBB.1.5 de COVID-19
La cepa XBB.1.5 es responsable del 40.5% de los casos confirmados en Estados Unidos durante la semana que termina el 31 de diciembre, según estimaciones de los CDC. Esto quiere decir que esta semana se reportaron 20 por ciento más casos que la que finalizó el 24 de diciembre.
Tan solo la variante XBB.1.5 es responsable de aproximadamente el 75 por ciento de los casos confirmados solo en el noreste, que incluye Nueva Inglaterra, Nueva Jersey y Nueva York, estiman los CDC.
Además, los expertos se han preocupado cada vez más por las variantes XBB.1.5 y XBB, recombinantes de la subvariante BA.2, en las últimas semanas después de que apareciera en varios países asiáticos.
Por esta razón, especialistas aseguran que se está extendiendo esta subvariante a medida que China está viendo un aumento masivo de casos en este momento.
“Irónicamente, probablemente la peor variante que enfrenta el mundo en este momento es en realidad XBB”, dijo Michael Osterholm, experto en enfermedades infecciosas de la Universidad de Minnesota.
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XBB.1.5 es producto de la recombinación: dos descendientes de BA.2, la subvariante que impulsó una modesta oleada de casos en EE.UU. en abril, intercambiaron partes de su código genético, lo que dio lugar a 14 nuevas mutaciones en las proteínas de espiga del virus en comparación con BA.2, y a una nueva subvariante, XBB.
Incluso, afirman que XBB.1.5 es diferente a XBB porque puede adherirse mejor a las células: “El virus necesita unirse fuertemente a las células para ser más eficiente al ingresar y eso podría ayudar al virus a ser un poco más eficiente para infectar a las personas”, dijo Andrew Pekosz, virólogo de la Universidad Johns Hopkins.