Carol Kernaghan, una mujer de 63 años del Reino Unido, vivió una pesadilla tras confundir señales tempranas de cáncer de endometrio con síntomas comunes de la menopausia.
Sangrados irregulares y dolor pélvico fueron minimizados durante meses, hasta que en enero de 2021 recibió un devastador diagnóstico: cáncer de endometrio en etapa 4, con metástasis en varios órganos.
El tumor se extendió varios órganos y no pudieron operarle:
El dolor en la cadera, que atribuyó a una caída, y manchas de sangre, que creyó propias del cambio hormonal, marcaron el inicio de la enfermedad. Solo cuando presentó una hemorragia intensa acudió a emergencias. Tras una biopsia, se confirmó el cáncer.
Durante una cirugía exploratoria, los médicos descubrieron que el tumor se había extendido a la vejiga, cuello uterino, intestinos y pared pélvica. La operación fue cancelada.
“Era inoperable. Me dijeron que me preparara para lo peor”, contó Kernaghan.
Tratamiento con inmunoterapia le salvó la vida
Sin posibilidad de recibir quimioterapia por su bajo peso (apenas 40 kg), se le ofreció inmunoterapia como medida paliativa.
El tratamiento superó todas las expectativas: los tumores comenzaron a reducirse drásticamente.
En octubre de 2021, tras una nueva intervención quirúrgica, fue declarada libre de cáncer.
“El tratamiento no solo me dio calidad de vida, me devolvió la vida”, afirmó emocionada. La noticia coincidió con el nacimiento de su nieto, un momento que creyó no llegaría a vivir.
Le descubrieron una condición genética: el síndrome de Lynch
Durante el proceso médico, se detectó que Carol padece el síndrome de Lynch, una mutación genética que eleva el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer, incluido el de endometrio. Sus tres hijos también resultaron portadores.
A sus hijas se les recomendó una histerectomía preventiva como medida de protección. “Al menos ahora pueden estar un paso adelante”, dijo Kernaghan.
Un llamado a la detección temprana
Hoy, Carol vive con cautela, consciente del riesgo de recaída. Su experiencia la llevó a hacer un llamado claro: “Todas las mujeres en edad menopáusica deberían hacerse pruebas para detectar el cáncer de endometrio. Es una enfermedad silenciosa, pero mortal si no se detecta a tiempo”.