Hace 65 millones de años se dio la última extinción masiva en la Tierra, período donde un cambio climático, vulcanismo e impacto de asteroide terminó con la existencia de los dinosaurios. Aunque mucho culparon al objeto espacial, este terminó siendo el golpe de gracia.
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El perfil Cosmos, respecto a este factor, reveló imágenes generadas por computadora de cómo hubiese lucido el gigantesco cráter de Chicxulub en México. Se estima que este asteroide tuvo una dimensión de 15 kilómetros de ancho, donde su impacto fue equivalente a 10 mil millones de bombas atómicas.
Se añade que el cráter se formó en un tiempo muy corto, con dimensiones de 30 kilómetros de profundidad. “Llegando a crear, por un momento, una montaña el doble de alta que el monte Everest” , detalla el portal.
En los años que siguieron al impacto, el mundo habría cambiado radicalmente, con una enorme nube de cenizas bloqueando el cielo y creando una noche perpetua por algo más de un año, haciendo descender las temperaturas a por debajo de los 0 °C.
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Según fragmentos de roca hallados en Texas, el asteroide golpeó con tanta fuerza que vaporizó un grueso lecho de roca que había debajo, arrojando gas junto a una cortina de fragmentos rocosos que salieron despedidos de la superficie.
La temperatura se elevó a unos 155 grados centígrados, por lo que la zona de devastación llegó a más de 1600 kilómetros del centro del cráter en minutos.
Según un estudio publicado en Scientific Reports en 2017, la roca espacial impactó en el peor lugar: contra una roca rica en hidrocarburos, expulsando a la atmósfera hollín suficiente como para provocar un enfriamiento global extremo.