Un artículo de National Geographic, a inicio de este 2023, dejó claro que en 540 millones de años (vida de la Tierra) han existido cinco episodios de extinción masiva. Siendo así, el planeta se enfrentaría a un nuevo escenario catastrófico alrededor del 2100.
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Tal y como lo recoge World Wilf Life (WWF), a diferencia de los anteriores procesos causados por fenómenos naturales, la sexta extinción está impulsada por la actividad humana principalmente por el insostenible uso de la tierra, el agua y de la energía.
Un informe de Planeta Vivo acuña que el 30% de toda la tierra que sostiene la biodiversidad ha sido convertida para la producción de alimentos. Asimismo, la agricultura es responsable del 80% de la deforestación global y representan el 70% del uso del agua dulce.
La producción y el consumo de alimentos no sostenibles contribuyen a las emisiones de gases de efecto invernadero provocando una crisis atmosférica y causando estragos en el mundo. Es decir, todo se resume en sequias más severas, tormentas intensas y más recuentes.
“Las delicadas relaciones que existen entre el sistema alimentario, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad están ejerciendo una enorme presión sobre nuestro planeta”, resume la WWF.
Para terminar de crear un ambiente preocupante, la tasa de extinción de especies se estima entre 1000 y 10 mil veces más alta.
“Si bien las extinciones son una parte normal y esperada del proceso evolutivo, las tasas actuales de disminución de las poblaciones de especies y extinción de especies son lo suficientemente altas como para amenazar funciones ecológicas importantes que sustentan la vida humana en la Tierra”, sentencia el documento.