¿Los chats de los usuarios de WhatsApp están 100% protegidos? Aunque cuenta con un cifrado de extremo a extremo con el que la información está segura para que no caiga en «manos indebidas», un nuevo informe estadounidense revela que equipos de la empresa se dedican a examinar ciertos mensajes.
«Nadie fuera de este chat, ni siquiera WhatsApp, puede leer o escuchar los mensajes». Esta es la notificación que aparece al iniciar una conversación en la aplicación de mensajería instantánea. Es una demostración de privacidad para los mensajes, actualizaciones de estado, llamadas, fotos, videos, mensajes de voz y documentos de los usuarios.
De acuerdo con en el informe de ProPublica titulado «How Facebook Undermines Privacy Protections for Its 2 Billion WhatsApp Users», el cifrado de extremo a extremo «convierte los mensajes en un formato ilegible que solo se desbloquea cuando llegan a sus destinos previstos». Incluso toman las palabras de Mark Zuckerberg quien dijo que son tan seguros, «que nadie más, ni siquiera la empresa, puede leer una palabra».
Pese a esas garantías, en la publicación ProPublica se revela que:
¿A qué mensajes tienen acceso?
Según se explica en el texto, los más de mil trabajadores tienen acceso solo a un subconjunto de mensajes de WhatsApp.
El director de comunicaciones de WhatsApp, Carl Woog, dijo en una entrevista a ProPublica que los equipos de contratistas «revisan los mensajes de WhatsApp para identificar y eliminar a ‘los peores’ abusadores».
Significa que es una estrategia de la empresa para ofrecer entornos más seguros y prevenir cualquier tipo de abuso.
ProPublica también aseguró que WhatsApp comparte algunos datos privados con entes judiciales, como el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
Nueva actualización
WhatsApp anunció la semana pasada que en las próximas semanas permitirá a los usuarios encriptar las copias de seguridad de los mensajes que mantengan almacenadas en la nube.
Esta tecnología de seguridad pasará ahora a estar disponible también para las copias de seguridad que se conserven en los servicios de almacenamiento en la nube de empresas como Google o Apple (Drive e iCloud, respectivamente), haciéndolas incomprensibles para cualquiera que gane acceso a ellas sin permiso.
