Salud

Mucho alcohol en menos tiempo afecta el cerebro

La previa, ese momento de reunión antes de ir a bailar, se convirtió desde hace un tiempo en una práctica peligrosa para los jóvenes debido al consumo desmedido de alcohol, conocido como Binge Drinking. Pero esta costumbre ya no se produce solo durante los fines de semana, sino que puede extenderse a los días hábiles.

Ya diferentes estudios habían demostrado cómo el consumo excesivo de bebidas alcohólicas estaba relacionado con déficits neurocognitivos, un desempeño académico deficiente y actitudes riesgosas al momento de un encuentro sexual.

Ahora, un estudio de la Universidad del Minho, Portugal, concluyó que esta práctica perjudica de manera permanente la capacidad del cerebros para procesar información.

El trabajo, que contó con la colaboración de 80 estudiantes universitarios, reveló que tomar cinco o más cervezas para los hombres, o más de cuatro para las mujeres, en dos horas conduce a cambios notorios en la actividad cerebral.

En diálogo con Infobae, Geraldine Peronace -médica psiquiatra y experta en adicciones- explicó que en el país «a partir de los 13 arranca el consumo de alcohol y comienza con bebidas fuertes, de 45° de graduación alcohólica»

El último estudio realizado por Universidad Argentina de la Empresa (UADE), que incorporó a jóvenes entre 17 y 30 años de CABA y Gran Buenos Aires, puso al alcohol, junto con el tabaco, como las sustancias legales más consumidas entre los adolescentes. En la encuesta, el 89% de los jóvenes afirmó haber tomado alcohol en su vida alguna vez; el 80% lo hizo en el último año y 59,5% hace menos de un mes. Uno de cada cuatro jóvenes -el 25%- aseguró que se embriaga casi todos los fines de semana.

Además, el último informe del SEDRONAR, realizado tras cinco años de ausencia estadística, se pudo comprobar el aumento del consumo de sustancias ilícitas y abuso de alcohol en jóvenes de entre 12 y 17 años. El 50% de los menores encuestados probó alcohol en el último mes, lo cual representa a 82.453 niños y adolescentes.

Los investigadores portugueses comentaron que lo más preocupante de sus resultados es que son similares a estudios que analizaban los cerebros de personas con una adicción sostenida al alcohol.

A través de electrodos descubrieron que los bebedores compulsivos habían alterado la actividad cerebral en reposo y mostraron medidas significativamente más altas de diferencias eléctricas específicas en regiones cerebrales como el lóbulo temporal derecho y corteza occipital bilateral.

Los investigadores explicaron, a la revista Frontiers in Behavioral Neuroscience, que las personas que realizan atracones de alcohol sufrieron alteraciones muy similares a las que poseen los alcohólicos crónicos.

«Estos cambios pueden indicar una disminución de la capacidad de respuesta a los estímulos externos y las posibles dificultades en la capacidad de procesamiento de información», dijo López-Caneda.

Fuente: Infobae

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