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Colombia: El disidente de las FARC, Iván Márquez, anuncia que retoma las armas

En un video, el disidente de las FARC, Iván Márquez, dice que hablan desde algún punto en la zona del río Inírida, situado en la región amazónica

El que fuera número dos de las FARC, alias «Iván Márquez», cuyo paradero se desconoce desde hace más de un año, reapareció hoy en un vídeo junto con otros exlíderes de esa guerrilla para anunciar que inician «una nueva etapa de lucha» armada.

Entre quienes le acompañan se puede ver a Seuxis Paucias Hernández, alias «Jesús Santrich» y a Hernán Darío Velásquez, alias «El Paisa», que hace meses dejaron de cumplir sus compromisos con la Justicia Especial para la paz (JEP).

En la grabación, el jefe guerrillero dice que hablan desde algún punto en la zona del río Inírida, situado en la región amazónica del sureste del país, cerca de las fronteras con Venezuela y Brasil.

Márquez fue jefe del equipo negociador de las FARC en los diálogos de paz de La Habana y designado senador por el partido de la antigua guerrilla, cargo que no asumió porque a mediados de abril de 2018 se trasladó a un espacio de reunión de excombatientes en Miravalle, en el departamento de Caquetá (sur), donde se le vio por última vez en compañía de «El Paisa».

El disidente, que en el vídeo se ve vestido de verde militar y con una pistola en la cintura, asegura que la decisión de volver a las armas «es la continuación de la lucha guerrillera en respuesta a la traición del Estado al acuerdo de paz de La Habana» y asegura que buscarán alianzas con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN).

Márquez ya había criticado varias veces desde la clandestinidad la dejación de armas por parte de las FARC, lo que calificó de «error».

En el manifiesto leído dice que esa insurgencia, que toma el nombre y símbolos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), no tiene como objetivo soldados ni policías «respetuosos de los intereses populares», sino que será «esa oligarquía excluyente y corrupta, mafiosa y violenta que cree que puede seguir atrancando la puerta del futuro de un país».

En ese sentido asegura: «Una nueva modalidad operativa conocerá el Estado. Sólo responderemos a la ofensiva».

Igualmente prometen su «desmarque total de las retenciones con fines económicos», en una aparente referencia a los secuestros, pero buscarán «el diálogo con empresarios, ganaderos, comerciantes y la gente pudiente del país, para buscar por esa vía su contribución al progreso de las comunidades rurales y urbanas».

Márquez agrega que desde la firma de la paz, que tuvo lugar en noviembre de 2016, «y del desarme ingenuo de la guerrilla a cambio de nada» no se detiene la matanza de líderes sociales y de exguerrilleros y culpa al Estado de no cumplir o pactado.

Enseguida añade: «Todo esto, la trampa, la traición y la perfidia, la modificación unilateral del texto del acuerdo, el incumplimiento de los compromisos por parte del Estado, los montajes judiciales y la inseguridad jurídica, nos obligaron a regresar al monte».

Al final del manifiesto leído por Márquez, Santrich, que está pedido en extradición por Estados Unidos bajo cargos narcotráfico, interviene para lanzar la arenga «Vivan las FARC-EP», que el resto de guerrilleros responde con un «viva».

La víspera, la Fundación Paz y Reconciliación había advertido en un informe presentado en Bogotá que los grupos disidentes de las FARC, que estaban en un proceso de «bandolerización» sin carácter político, y antiguos líderes de ese grupo armado se estaban juntando y podrían conformar una nueva guerrilla el año próximo.

Con información de EFE

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