La ilusión de entrar a la universidad es grande para los jóvenes que culminan la etapa del colegio, pero también son tiempos de elecciones importantes para la vida.
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Si elegimos nuestra universidad sin detenimiento, corremos riesgo de tener que cambiar de centro de estudios luego de unos semestres, perder tiempo, dinero, dar un dolor de cabeza a los papás y exponerse a frustraciones.
Para el profesor universitario, Roberto Rosero, antes de tomar una decisión, hay que analizar qué tipo de profesional se quiere ser, definir qué estudiar, y mirar qué carreras ofrece cada universidad.
Rosero también señala al factor económico como clave.
Los chicos a veces buscan estudiar carreras que hay en universidades fuera de su alcance económico y deben irse a las que puedan pagar. Eso puede ser un limitante”. Las soluciones.
El experto piensa que los órganos reguladores de la educación superior en el país deben trabajar con los colegios.
De esa manera se puede dar un horizonte académico claro a los alumnos tomando en cuenta las necesidades del país y los campos donde más trabajo habrá.
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Esos horizontes son el económico, social, cultural y artístico.
Hay dos factores, según Rosero, que pueden generar dificultad a los chicos.
En el examen ‘Ser Bachiller’ a veces no se consigue el puntaje necesario para la carrera que se busca y hay que conformarse con otra.
Por otro lado, los bachilleratos unificados de algunos colegios también hacen de la tarea más difícil.
Los colegiales abarcan muchos temas en sus estudios, por lo que no salen con una idea clara de la carrera a seguir y las universidades que ofrecen tal carrera.
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