El 1 de enero comenzó a festejarse en esa fecha cuando el papa Gregorio XIII lo dispuso en 1582 para todos los países católicos con el cambio de calendario. Luego, lentamente, las demás naciones lo incorporaron y de esta forma se aceptó en todo el planeta que el año comenzara el 1 de enero y no el 21 de marzo o el 1 de abril, como solía serlo en los otros tiempos con el calendario juliano. Los rusos fueron los último es tomar este cambio, recién en 1917.
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Para que hoy celebremos el año cada 1 de enero, primero hubo de nacer el propio mes de enero que, según Plutarco, fue añadido al calendario de Rómulo por su sucesor, Numa Pompilio en el siglo VIII a.C. El calendario que se usaba anteriormente en Roma tenía 10 meses lunares y comenzaba en primavera, en la luna llena más próxima al equinoccio de marzo (los idus de marzo).

De todos modos, el calendario romano en la época de Julio César seguía siendo un lío, pues tenía diez meses que sumaban 355 días, con lo que de vez en cuando había que introducir meses intercalares para ajustar la fecha del calendario con la fecha real, así que decidió instaurar el calendario juliano, que no necesitaba de estos meses intercalares.
El calendario gregoriano marcó un antes y un después en la organización errante de los días del año respecto a las estaciones del año.
Lo que no se sabe exactamente es por qué no se hizo coincidir el 1 de enero con el solsticio de invierno, aunque se cree que es porque era muy supersticioso quería que el 1 de enero coincidiera con una luna nueva.
1 de enero no tiene sentido a nivel astronómico
El día 1 de enero como día de Año Nuevo no tiene sentido a nivel astronómico o planetario, es algo arbitrario. Pero, eso sí, a principios de enero es cuando la Tierra se encuentra más cerca del Sol, un evento conocido como perihelio.
En cualquier caso, conviene no olvidar que no siempre los calendarios se fijan con fines precisamente prácticos, pues por ejemplo el calendario gregoriano citado arriba, introducido por una bula papal del Papa Gregorio XIII el 24 de febrero de 1582, tenía como objetivo principal coordinar la celebración de la pascua entre las distintas iglesias, pues no todas contaban desde el mismo momento para su celebración.
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OTROS AÑOS NUEVOS
De todos modos, en algunos países como Afganistán, Etiopía, Irán, Nepal y Arabia Saudita no será el Año Nuevo, porque se basan en sus propios calendarios.
Además, cada religión celebra su propio Año Nuevo, como el calendario judío, que lo celebra entre septiembre y octubre por ser un calendario lunar; o el calendario islámico, un calendario lunar también que se suele desviar bastante más que el judío.
También existe el Año Nuevo Chino, que sigue un calendario lunar, y se celebra entre el 21 de enero y 20 de febrero.
Con información de diario Popular
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