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Ataque en el Louvre eleva la sensación de miedo en Francia

El ataque de hoy, 3 de febrero, de carácter terrorista según el Gobierno francés, contra un grupo de militares que patrullaban en el acceso al museo del Louvre, ha vuelto a incrementar la sensación de miedo en Francia, blanco de varios graves atentados yihadistas desde enero de 2015.

El agresor, que según el registro de su teléfono móvil parece ser un egipcio de 29 años de edad, se precipitó contra los agentes e hirió levemente a uno en la cabeza poco después de las 09.00 GMT, una hora después de la apertura del célebre museo, el más visitado del mundo.

El hombre llevaba un arma blanca, pero ningún explosivo en las dos mochilas que portaba.

A la espera de los primeros datos de la Fiscalía, el presidente de Francia, François Hollande, aseguró hoy que el ataque tiene «sin duda» un carácter terrorista, y refleja que «la amenaza sigue ahí y se le debe hacer frente».

«Esta es la razón por la que hemos movilizado tantos medios y seguiremos haciéndolo», indicó Hollande durante su participación en la cumbre europea de Malta, donde elogió «la valentía y determinación» de los militares que actuaron hoy y «la eficacia» de la misión antiterrorista Sentinelle del Ejército francés.

Los compañeros del agente agredido fueron los que frenaron al agresor con cinco disparos, uno de los cuales le dio en el vientre y le dejó herido de gravedad.

 

¿Cómo llegó a Francia el sospechoso del ataque?

Según las primeras sospechas, el joven, que fue trasladado al hospital George Pompidou de la capital francesa para ser operado, entró en Francia el pasado 26 de enero procedente de Dubái, y no era conocido por los servicios secretos.

Su acción tuvo lugar en la explanada que hay frente al museo, antes de que pudiera penetrar en la galería comercial subterránea colindante, y obligó a evacuar la pinacoteca y a establecer un cordón de seguridad tras el que quedaron confinadas temporalmente erca de 1.200 personas.

«Fueron instantes de verdadero miedo, todos teníamos en la memoria momentos terribles», contó Chantelle, trabajadora francesa de uno de los comercios de las galerías, en referencia a los atentados del 13 de noviembre de 2015 en el que 130 personas perdieron la vida en París.

La evacuación se efectuó después de forma progresiva y en pequeños grupos.

La Fiscalía antiterrorista de París abrió hoy una investigación por los cargos de «tentativas agravadas de asesinatos en relación con el terrorismo y asociación terrorista criminal», y encomendó las pesquisas a la Brigada criminal de la Policía Judicial de París (SAT) y la Dirección General de la Seguridad Interior (DGSI).

Los ministros franceses del Interior y de Defensa, Bruno le Roux y Jean-Yves le Drian, respectivamente, admitieron que los uniformados son en estos momentos un objetivo terrorista, e hicieron un llamamiento para extremar las precauciones.

Las fuerzas de seguridad «deben mostrarse muy vigilantes porque para un terrorista el uniforme implica una posibilidad de ataque», dijo Le Roux, que manifestó que ha recordado a los prefectos (delegados de gobierno) que se debe «adaptar el dispositivo a la amenaza, para que siga siendo el más eficaz».

 

¿Cuál es el estado del soldado agredido?

El soldado agredido pertenecía al Primer Regimiento de Paracaidistas destacado en París dentro del despliegue de seguridad reforzada decidido tras los atentados en la capital francesa en los últimos años.

Ingresado en el hospital militar de Percy, en la localidad de Clamart, se espera que esta misma noche pueda volver de nuevo con su pelotón.

El Louvre, que fue cerrado tras el ataque, no abrirá hasta mañana, según confirmó la ministra francesa de Cultura, Audrey Azoulay.

El último atentado en territorio de Francia sucedió el 26 de julio de 2016, cuando unos yihadistas mataron a un párroco en la iglesia de Saint Étienne du Rouvray (Normandía).

Desde enero de 2015, la oleada de ataques yihadistas se ha cobrado 238 víctimas mortales.

Pero este último incidente junto al Louvre, según el testimonio de algunos turistas, no ha parecido mermar las ganas de visitar la ciudad.

«Ahora nos vamos a comer, y mañana mismo volvemos a ver lo que nos queda de museo», dijo a EFE Aikida, una turista china, mientras sus hijos saludaban haciendo la señal de victoria a las cámaras de televisión.

 

Por: EFE

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