Lo que inició como un día cotidiano en el trabajo de este policía, terminó llevándolo a prisión.
Se trata de un agente de la Guardia Urbana de Barcelona, quien pasará al menos cuatro años en prisión por inventar multas a una joven de la que estaba enamorado.
Todo comenzó con una revisión de los niveles de alcohol, la noche del 21 de noviembre de 2012. El oficial hizo la prueba a la joven, quien tenía 0.25 miligramos de alcohol por litro de aire, o sea, lo mínimo para ser sancionado de acuerdo a la legislación local.
Sin embargo, el oficial señaló que los medidores de alcohol «podrían fallar». Ambos comenzaron a conversar e intercambiaron números de teléfono con el argumento de que la joven le avisara al policía que había llegado bien a su casa.
Poco después comenzaron a intercambiar mensajes con bastante frecuencia, hasta que quedaron de acuerdo para ir a tomar un café.
Pero todo cambió cuando el oficial encontró el perfil de Facebook de la joven y descubrió que ella tenía una relación en el momento, hecho que hizo enfurecer al uniformado.
Durante 2013, a la casa de la mujer llegaron una serie de multas por diversas faltas cívicas como beber alcohol en la vía pública, gritar en la calle y comprar a vendedores ambulantes sin licencia: todas inventadas por el mismo oficial, informó el diario local «El Periódico«.
Ella jamás las pagó y lo denunció. Ahora la Audiencia de Barcelona lo condenó a cuatro años y medio de cárcel, seis de inhabilitación y a pagar una multa de aproximadamente 10 mil 500 euros.
