El polémico actor mexicano Eduardo Yáñez conversó en exclusiva con Infobae. Y reveló fuertes episodios de su vida que tuvo que atravesar, tanto a nivel personal como profesional. Pero a pesar de ello pudo convertirse en uno de los más grandes intérpretes de telenovelas, y ahora se abre espacio en la plataforma Netflix.
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Eduardo Yáñez se sinceró con el medio y contó cómo salió en busca de sus sueños luego de pasar su niñez en el ambiente de una cárcel. Debido a que su madre era celadora, convirtiéndose en el hijo de todas las presas. Además su infancia fue dura con episodios de abuso y de maltrato, con la figura de un padre ausente.
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Infancia sin un padre
Para poder ganarse la vida, Eduardo reveló que trabajó en la calle, vendió gelatinas, lustró botas, estudió y fue mesero. Luego nació su amor por el fútbol americano y también de casualidad se inició en el mundo de la actuación. Su debut fue en una obra de teatro barrial, y a partir de ese momento, su vida cambió para siempre.
Actualmente está en Colombia, Bogotá, filmando la tercera temporada de Reina del Sur. A la par de su papel de el psicópata Mateo Corona, su personaje en la serie Falsa identidad, transmitida por la plataforma streaming Netflix.
Eduardo: «Así empezó mi carrera de actor»
«Mi niñez fue una niñez como la de muchos mexicanos y de muchos otros países: mi madre era celadora, tenía que trabajar para darnos de comer. Yo tenía varios medios hermanos. Ella estaba juntada ahí con un tipo. Sufrimos dos o tres abusos, maltratos, y mi mamá me movió de ese lugar para llevarme a vivir con ella a la cárcel. Como ahí el trabajo es de 48 horas por ocho de descanso, pues prácticamente vivíamos allí. «Ella tenía una gran oportunidad, la querían mucho en ese lugar. El hombre que era director de la penitenciaría, al final de cuentas se casó con mi mamá.». respondió acerca de su infancia.
«Yo vendí gelatinas, paletas, zapatos, y después me metí a estudiar y a trabajar de mesero. Fui avanzando, hasta que me volví jugador de fútbol americano en la secundaria. Después de un juego de fútbol americano, vimos que un grupo de personas estaban ensayando una obra de teatro. Entonces, de tanto pasar todos los días por ahí, de quedarnos viendo como idiotas una hora, hora y media estos ensayos, el director, que se llamaba Julio, nos propuso cooperar con ellos y participar», continuó Yáñez.
Luego, relató como el gran día llegó, de ser un ayudante porque le gustaba estar entre los ensayos, el director le dijo que lo intentara como actor. «Uno de los chavos actores se enfermó, como de película: se acercó el día del estreno de la obra, y yo tomé su lugar. De tanto ver los ensayos y participar, pues yo ya me sabía por lo menos ese personaje, que era el que más me gustaba. Y me tocó estrenar, y así empezó mi carrera de actor», expresó Eduardo.
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