La Mini – Tri una vez más estuvo tan cerca de conseguir un hito histórico. La Sub 17 de la Selección de Ecuador le faltó un gol para proclamarse campeón sudamericano, sin embargo el conjunto venezolano “tiro” la fiesta abajo en el estadio Olímpico Atahualpa al empatar 1-1.
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En el minuto 73 el Coloso del Batán, que estuvo a reventar, se silenció al ser testigo del tanto de Junior Colina. Por supuesto, los hinchas de la vinotinto estallaron de algarabía así como lo hicieron los fanáticos de Brasil; la Canarinha fue la más beneficiada de este empate después de su ajustada victoria con Argentina (3-2).
A manera que los minutos avanzaban, con el empate reflejado en el marcador, los ecuatorianos se desesperaban con el empate. Las jugadas por los extremos fue la dinámica de la Mini-Tri pero no lograron terminar dentro de las redes.
El estadio saltó de emoción con una anotación de Kendry Páez pero lastimosamente fue anulada por posición adelantada. La última chance del partido la tuvo el delantero Obando que cabeceó por encima del pórtico defendido por Sánchez.
Ya finalizado el encuentro, los asistentes venezolanos, ubicados en la general norte, celebraron como si se tratará de un campeonato. Sus representantes no tardaron en ir a los graderíos y festejar con sus banderas en alto.
La otra cara de la moneda la vivieron más de 25 mil asistentes, todos ecuatorianos, que comenzaron a salir (con la cabeza gacha) del reducto del norte de Quito. “Lo mismo de siempre”, se escuchaba entre los murmuros de las familias que asistieron al Coloso del Batán.
Pese a la dolorosa derrota y festejo de los brasileños, que saltaron al Olímpico para coronarse campeones, la Selección de Ecuador demostró tener una espectacular cantera para futuros procesos en siguientes categorías; sin duda la gran figura y revelación fue Kendry de apenas 15 años.