El regreso a clases presenciales, en medio de la pandemia Covid-19, trae muchas inquietudes y dudas. Aquí contestamos las más comunes, con la ayuda de la educadora María Cristina Granja, más conocida como “Piqui” Granja.
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Desde su experiencia, resolveremos algunas dudas y temores que trae consigo el regreso a clases presenciales:
¿Qué esperar de este inicio de clases presenciales?
Más allá de asociar el retorno a clases presenciales con el miedo, debemos tomar en cuenta que estamos regresando a algo que ya conocíamos pero por la pandemia dejamos de hacerlo y nos habituamos a otro escenario: evitar estar fisicamente enfermo.
Esto nos ha llevado a un estado emocional muy vulnerable a todos, pero considero que los niños y adolescentes están mucho más preparados para volver a clases que los padres, y es porque aún existen muchas dudas sobre lo que está pasando allá afuera con respecto a Covid en general. Es verdad que la vacuna nos ha dejado más tranquilos, aunque no todos están vacunados.
Además, hay que separar a las familias en dos grupos para comprenderlas: las que necesitaban el regreso a clases presenciales y están felices de que exista esta posibilidad por cuestiones laborales o porque se hizo complicado manejar la educación desde casa. El otro grupo es de las familias que aún sienten mucho miedo y dudas por el Covid, por lo que entender su lado emocional es el primer paso para avanzar en su retorno a la nueva normalidad.
Esto es necesario porque si queremos tener niños que sigan aprendiendo, desarrollándose a su propio ritmo, necesitamos brindarles un estado emocional equilibrado, lo cual se logra cuando el adulto puede acompañar este proceso.
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¿Cómo lograr ese equilibrio y trasladarlo a nuestros hijos?
Los niños son maestros de vida. Por evolución y por cómo vamos creciendo, el cerebro de los niños es muy perceptivo. Además, los niños hacen lo que los adultos les vamos diciendo y porque confían en nuestras indicaciones.
La principal herramienta es estar listos como adultos para poder guiar a nuestros hijos. Debemos reflexionar sobre lo que sentimos y tomar control de nuestras emociones.
Esto nos llevará a tener conversaciones previas sobre lo que va o podría pasar en el regreso a clases. Es importante llevar este proceso como familia, para llegar a acuerdos y dejemos saber cuáles son nuestras emociones y sentimientos.
De esta manera, todos estaremos involucrados en la conversación para que realmente exista un ambiente donde se sienta comunidad y apoyo.
No por ser adultos tendremos que guiar el proceso, muchas veces los niños nos guían. Así que también implica escuchar lo que tienen para decirnos.
¿Qué ha pasado con los niños que ya han logrado retornar a las aulas?
Son la felicidad pura. Siento que los niños, más que nunca, necesitaban regresar a clases. Se nota en sus ojos, en sus expresiones y en la socialización. Hay que ajustar destrezas en algunos más que otros, pero los seres humanos somos sociales y aprendemos por medio de otras personas.
Lo mejor que pudo pasar es regresar a clases, porque a través del contacto humano aprendemos. Los niños si son capaces de seguir los acuerdos para su beneficio, seguridad y bienestar, como el uso de la mascarilla y el lavado de manos.