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Puso AirTags en la basura y descubrió una de las estafas gubernamentales más grandes del reciclaje de plástico

La iniciativa de esta mujer, que es una especie de justiciera climática, logró que las autoridades de su ciudad quedaran expuestas como negligentes

Mujeres demanda a Apple porque aseguran que los AirTags son aparatos peligrosos para los acaosadores | Foto: Referencial
Mujeres demanda a Apple porque aseguran que los AirTags son aparatos peligrosos para los acaosadores | Foto: Referencial

Simples acciones se convierten en grandes aliadas para la preservación de nuestro planeta. Todo empieza desde casa. Separar los desechos, entre los orgánicos y reciclables, es una de las mayores acciones que podemos tomar desde lo interno de nuestros hogares, para ayudar a los ecosistemas de la Tierra.

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Después de eso, necesitamos de la disposición de las autoridades gubernamentales, que se encargan de llevar cada uno de los desechos a sus diferentes destinos. De esta manera, un plástico se convierte en un material reutilizable y evitamos que termine en el mar, sitio en el que puede tardar más de 450 años en desintegrarse por completo.

Sabemos que hay personas que no son conscientes del gran problema que significa el plástico en el mundo. Pero también hay autoridades que se autodenominan “pro reciclables” y terminan incurriendo en delitos ambientales.

Un caso de estos que estamos mencionando fue desenmascarado por una especie de justiciera ambiental en Houston, Estados Unidos. La usuaria de Apple, Brandy Deason, puso AirTags en la basura de plástico de su casa, para ver hacia donde iban los desechos reciclables.

De 12 rastreadores, sólo tres terminaron en vertederos autorizados para el tratado de plástico. Los otros 9 llegaron a un sitio que no contaba con la autorización para manipular este material. Y lo peor de todo, es que cuando llegaron a fiscalizar, se encontraron con que había una pila de tres metros de alto (aproximadamente 250 toneladas) de plástico, que no se estaba reutilizando.

Una planta no autorizada

Según reseña del sitio Inside Climate News, los AirTags de Brandy Deason terminaron en una planta llamada Wright Waste Management. Se trata de una institución que sólo está autorizada para tratar el cartón. Tiene dos años esperando luz verde para trabajar con plástico, y por eso lo tiene acumulado en uno de sus galpones.

El responsable de esta empresa admitió la negligencia de tener el plástico sin reutilizarlo en sus establecimientos. Pero al mismo tiempo admitió que está mejor en su planta que en un vertedero común.

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