La Universidad Estatal de Washington podría está a punto de dar un paso gigante en la medicina, a través de un invento diminuto: microrobots del tamaño de un mosquito.
PUBLICIDAD
Estas micro máquinas, posiblemente los robots más pequeños y ligeros nunca antes vistos, se perfilan como la próxima gran herramienta en el delicado arte de las cirugías asistidas.
Los investigadores detrás de este minibicho dicen que se inspiraron profundamente en los mosquitos de la vida real. Uno pesa ocho miligramos, mientras que el otro dispositivo, 55 miligramos. Ambos pueden moverse a unos seis milímetros por segundo.
Además de su aplicación en la medicina, estos microrobots se pueden utilizar en áreas como la polinización artificial, la búsqueda y rescate, la monitorización ambiental y la microfabricación.
¿Cómo se mueven los microrobots?
El éxito de estos diminutos robots radica en componentes conocidos como actuadores, que son los encargados de generar movimiento en los robots. Trygstad aplicó unas técnicas de fabricación innovadoras que le permitieron reducir el tamaño del actuador a menos de un miligramo, el más pequeño que se ha fabricado hasta la fecha.
Este material innovador logra propulsar los robots sin necesitar de las partes móviles o componentes giratorios habituales en los motores tradicionales. En las pruebas iniciales, se comprobó que el actuador es capaz de levantar un peso más de 150 veces superior al suyo.
Comparando con otras tecnologías que se usan para generar movimiento en los robots, la tecnología de aleación con memoria de forma (SMA por sus siglas en inglés) también tiene la ventaja de necesitar solo una mínima cantidad de electricidad o calor para funcionar.
PUBLICIDAD
¿Cuáles podrían ser sus aplicaciones?
En tareas de cirugía, estos microrobots podrían ser utilizados para realizar procedimientos mínimamente invasivos, accediendo a áreas del cuerpo humano que son difíciles de alcanzar con los métodos tradicionales.
En cuanto a la polinización artificial, los robots serían de gran utilidad en la agricultura, en especial en zonas donde las poblaciones de insectos polinizadores han disminuido. Su pequeño tamaño les permitiría ir de flor en flor transportando polen de manera similar a como lo harían las abejas.
Para la búsqueda y rescate, estos podrían ser desplegados en grandes números para explorar escombros o áreas inaccesibles tras desastres naturales. Su tamaño les permitiría entrar en grietas y espacios reducidos para buscar sobrevivientes.