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David Miller, el hombre que llegó a la NASA sin saberlo y se quedó a trabajar por ocho años

Heather Harp, novia del ingeniero David Miller, mostró en su TikTok cómo el hombre llegó a la NASA sin saberlo. Una historia alocada.

David Miller es un ingeniero norteamericano que respondió a un aviso en la empresa de aeronáutica Boeing 787… y terminó trabajando, sin saberlo, para la NASA.

Graduado de la Universidad de Washington, estuvo por ocho años en la administración aeroespacial norteamericana. Ocho años.

Su novia, Heather Harp, contó la desopilante historia en su cuenta de TikTok, y Buzz Feed luego conversó con el protagonista.

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La historia de David Miller y su camino a la NASA

“Conseguí una entrevista para un trabajo con aviones, y luego me devolvieron la llamada diciendo ‘Oye, hay un trabajo diferente que creemos que te puede gustar, y es con gráficos de análisis y cinemática interactiva (MAGIK)”, relató Miller en la cuenta de TikTok de Heather.

El ingeniero reconoce que no sabía qué era eso, pero respondió: “Suena interesante”, pidiendo una entrevista en persona.

Tras la entrevista, unas semanas más tarde le hicieron una nueva llamada para ofrecerle el trabajo. Pero él pensó que era para el primero, relacionado con los aviones, así que armó sus maletas y se mudó a Texas.

Cuando llegó al lugar, mientras completaba el papeleo de orientación, Miller se dio cuenta: estaba trabajando para la NASA.

A Buzz Feed le comentó: “Simplemente no sabía los detalles porque me contrataron sin entrevistarme específicamente para ese puesto. De hecho, trabajé en algunas cosas espaciales en la universidad, como un satélite diseñado por estudiantes, y realicé una prueba de gravedad cero/microgravedad en la ‘maravilla ingrávida’, también conocida como ‘el cometa del vómito”.

¿Fue una confusión o realmente una decisión rápida de Boeing?

Miller no cree que el proceso haya sido intencionalmente confuso o secreto, sino que al ser Boeing una contratista para la NASA, necesitaban más a las personas para el equipo MAGIK.

“Estoy bastante seguro de que solo necesitaban dotar al equipo de personal rápidamente, así que lo hicieron posible con el grupo de solicitantes que ya estaban en su sistema”, juzgó el ingeniero mecánico.

Por ocho años permaneció en la agencia aeroespacial norteamericana, hasta que finalmente tomó nuevos rumbos: hoy es dueño de una empresa de fotografía.

“Me puse a trabajar en cosas que iban al espacio y tocarlas físicamente y marcar la diferencia. También estuve en Mission Control cuando sucedían cosas en el espacio, como caminatas espaciales y acoplamientos”.

Una gran experiencia que demuestra que el azar también juega en nuestras vidas. Y mucho.

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