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Un hombre en Egipto vivió durante seis meses con un teléfono móvil en su estómago

Se trata de un recluso que no quería entregarle el equipo a los guardias.

No es algo nuevo que un recluso de un centro penitenciario se trague un teléfono móvil para poder hacer llamadas en el interior de la prisión. Lo que sí es raro es que ingiera el equipo y pase hasta seis meses con él en su estómago. En Egipto, se registró exactamente un caso así, sin precedentes en ese país.

Un ciudadano egipcio, recluido en una cárcel, tuvo que someterse a una cirugía de emergencia para que le retiraran del estómago un teléfono móvil que se había tragado hace seis meses. La operación fue realizada en el Hospital Universitario de Asuán de la ciudad egipcia del mismo nombre, donde los médicos realizaron el procedimiento para extraer el pequeño dispositivo, indicó el reporte de Oddity Central que cita la información de Sky News Arabia.

El teléfono estuvo dentro de los intestinos del hombre durante medio año. El paciente, un recluso llamado Mohamed Ismail Mohamed, fue llevado a la sala de emergencias con un fuerte dolor abdominal y una tomografía computarizada reveló que había un cuerpo extraño en sus intestinos. El hombre estaba preparado para la cirugía y los médicos lograron retirar el objeto que resultó ser un pequeño teléfono móvil envuelto en papel aluminio.

Los médicos no quitaron la película de plástico que protegía el teléfono hasta que llegó la policía, pero estaba claro qué había dentro de la capa protectora de plástico.

El paciente admitió que su plan falló

No era la primera vez que el recluso se tragaba un teléfono móvil para ingresarlo en centro penitenciario. Admitió que se había tragado el equipo seis meses antes, como lo había hecho en el pasado, solo que esta vez su plan falló y nunca lo pudo evacuar, por decirlo de alguna manera.

Mohamed declaró los médicos que se había tragado el pequeño teléfono móvil antes, para no tener que entregárselo a los guardias en caso de un registro, pero que siempre lo había excretado antes. Lo cargó, lo usó para hablar con la gente en el exterior, luego se lo tragó de nuevo. Sin preocuparse demasiado, comió y tomó líquidos normalmente, pero pasó seis meses con el equipo en su interior.

En cuanto síntomas, el egipcio aseguró nunca se sintió hinchado ni estreñido, pero que un día comenzó a sentir un fuerte dolor de estómago y fue entonces cuando lo llevaron al hospital. Los médicos diagnosticaron que presentaba una inflamación severa e infección de los intestinos, pero que las cosas podrían haber sido mucho peores si el teléfono no hubiera estado envuelto en papel de aluminio.

En declaraciones a Sky News Arabia, uno de los cirujanos que estuvo al frente de la operación del recluso explicó: “La presencia del teléfono en el abdomen podría haber causado una obstrucción intestinal o hinchazón, y podríamos haber tenido que extirpar parte del intestino, pero afortunadamente esto no sucedió”.

El paciente está estable ahora y puede comer normalmente.

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