El presidente Daniel Noboa aprobó la creación de zonas de seguridad en las fronteras del país, las cuales estarán bajo el control directo de las Fuerzas Armadas. La medida, oficializada mediante decreto ejecutivo, busca reforzar la seguridad nacional ante el avance de las economías criminales y el incremento de la violencia en los límites territoriales.
Aunque el documento fue clasificado como secreto, el Gobierno confirmó que las zonas incluyen el espacio terrestre, marítimo y aéreo dentro de un rango específico desde los límites internacionales del Ecuador.
¿Qué comprenden las nuevas zonas de seguridad?
El decreto detalla que una zona de seguridad fronteriza abarca:
- 40 kilómetros terrestres desde la línea limítrofe hacia el interior del territorio nacional.
- 10 millas náuticas en el espacio marítimo.
- El espacio aéreo correspondiente dentro de la franja establecida.
De acuerdo con la Secretaría Nacional de Seguridad Pública y del Estado, un informe reservado recomendó al Ejecutivo la convocatoria del Consejo de Seguridad Pública y del Estado (Cosepe) para analizar y aprobar la medida.
El Cosepe se reunió este lunes y delimitó las zonas de seguridad en las fronteras norte y sur, además de definir otras áreas reservadas que requieren de regulaciones especiales “para garantizar la seguridad integral de la población y enfrentar las graves amenazas al Estado ecuatoriano”, según un comunicado oficial.
Control militar y nuevas normas
Tras la recomendación del Cosepe, Noboa aprobó las zonas y sus respectivas regulaciones, y dispuso que se difunda la información a todas las instituciones públicas y privadas que operen en esos sectores.
Estas medidas implican la presencia activa de las Fuerzas Armadas en los pasos fronterizos y zonas adyacentes, con la finalidad de controlar el movimiento de personas, bienes y mercancías en puntos estratégicos del país.
El Gobierno señaló que estas acciones están respaldadas en “análisis técnicos y de inteligencia” orientados a cerrar el paso a las economías criminales, prevenir delitos como la trata de personas, el contrabando, la minería ilegal, la extorsión y el sicariato, y fortalecer el comercio legal y la seguridad de las comunidades fronterizas.
Restricciones en los pasos internacionales
El pasado 24 de diciembre, el Ejecutivo ya había anunciado que solo se mantendrían dos pasos fronterizos habilitados, uno con Colombia y otro con Perú, “por razones de seguridad nacional”. La decisión, según el Ministerio del Interior, responde a la necesidad de controlar las rutas irregulares utilizadas por organizaciones criminales transnacionales para movilizar armas, droga y personas.
La medida permanecerá vigente hasta que los informes de seguridad determinen condiciones adecuadas para reabrir otros puntos fronterizos.
Cárceles también serán zonas de seguridad
En un segundo decreto, el presidente Noboa declaró como áreas reservadas de seguridad los perímetros de las cárceles del país, ratificando la disposición emitida en abril de 2024.
Estas zonas estarán sujetas a normas especiales de control militar y policial, con el objetivo de prevenir nuevas crisis dentro del sistema penitenciario, considerado uno de los principales focos de violencia criminal en Ecuador.
Desde 2021, más de 600 reclusos han sido asesinados en enfrentamientos entre bandas rivales dentro de las prisiones, según cifras oficiales. Los motines, fugas masivas y asesinatos han evidenciado el poder de las estructuras del crimen organizado que operan desde los centros carcelarios.
Estrategia integral de seguridad
El anuncio de Noboa se enmarca dentro del “Plan Fénix”, la estrategia gubernamental para recuperar el control del territorio nacional.Durante los últimos meses, el Ejecutivo ha impulsado operaciones conjuntas entre la Policía y las Fuerzas Armadas, la militarización temporal de las cárceles y la instalación de un gabinete de crisis permanente para coordinar la respuesta ante el crimen organizado.
La delimitación de zonas de seguridad fronteriza representa un nuevo paso en la política de defensa y soberanía, en un momento en que Ecuador enfrenta niveles históricos de violencia, narcotráfico y crimen transnacional.
