Horus, un perro que vivía en el sector de Tres Esquinas, en Armenia (Colombia), murió luego de enfrentar un cuadro de estrés severo provocado por los estruendos de la pólvora durante la celebración del Día de las Velitas, el pasado 7 de diciembre.
De acuerdo con la información difundida por medios locales, el canino presentó un episodio de estrés agudo tras escuchar los fuertes estallidos generados por los juegos pirotécnicos encendidos en la zona durante esa noche. Ante la gravedad de la situación, sus propietarios lo trasladaron de inmediato a una clínica veterinaria.
En el centro médico, los especialistas confirmaron que Horus sufría estrés severo y una torsión gástrica, una complicación grave que derivó en un derrame interno y comprometió seriamente su estado de salud.
Pese a recibir tratamiento intensivo durante cuatro días, la combinación de estas afecciones provocó un deterioro progresivo que terminó con la muerte del animal.
El caso generó conmoción en la comunidad de Armenia y reavivó la preocupación sobre los efectos nocivos de la pólvora no solo en las personas, sino también en los animales domésticos, especialmente durante las festividades de fin de año.

Reacción de propietarios y animalistas
El dueño de Horus, visiblemente afectado, comparó la pérdida con la de un familiar cercano. “Fue como perder a un hijo”, expresó en declaraciones recogidas por El Tiempo de Colombia.
Por su parte, Diana Rodríguez, representante de la Fundación Eco Huellas, cuestionó la permisividad en la venta y el uso de pólvora y señaló que no existe claridad sobre los controles efectivos para proteger tanto a la ciudadanía como a los animales frente a estos riesgos.
Animalistas advierten que los estruendos pueden desencadenar pánico, taquicardia, desorientación y trastornos intestinales en los animales, efectos que en algunos casos pueden resultar fatales.
Debate por celebraciones sin pólvora
El fallecimiento de Horus se suma al debate nacional sobre el uso de pirotecnia durante las festividades. Organizaciones de bienestar animal y ciudadanos insisten en promover celebraciones sin pólvora, con el fin de evitar tragedias similares y proteger a los animales de compañía, que perciben los sonidos fuertes con mayor intensidad y sufren consecuencias graves.

