El sonido de los disparos sorprendió a estudiantes que rendían exámenes finales en la Universidad de Brown, en Rhode Island.
Al confirmarse la alerta por un tirador activo, decenas de jóvenes se escondieron dentro de aulas, laboratorios y pasillos, bloqueando puertas con muebles y apagando las luces para evitar ser vistos.
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Aulas convertidas en refugios
Testimonios recogidos por autoridades luego de la tragedia indican que algunos estudiantes se ocultaron bajo escritorios, otros se refugiaron en armarios o se tendieron en el suelo en completo silencio.
El ataque ocurrió en el edificio Barus and Holley, de la facultad de Ingeniería, donde reinó el pánico durante varios minutos.
Confinamiento e intervención policial
Tras el tiroteo, la universidad fue puesta en confinamiento inmediato. La Policía de Providence desplegó un operativo en el campus y zonas aledañas.
El atacante, descrito inicialmente como un hombre vestido de negro, huyó del lugar, pero horas después fue detenido un sospechoso.
Las autoridades confirmaron la detención de Benjamin Erikson, de 24 años, oficial cibernético del Ejército de Estados Unidos, señalado como responsable del ataque que dejó dos personas fallecidas y nueve heridas.