El caso de Sam Terblanche, estudiante de tercer año de la Universidad de Columbia, ha vuelto a poner bajo la lupa los límites del sistema de emergencias en Estados Unidos.
De acuerdo con el relato publicado por The New York Times, todo empezó el sábado 16 de septiembre de 2023, cuando el joven acudió a un evento deportivo en el Yankee Stadium. Durante el trayecto en metro, les comentó a sus amigos que se sentía mal.
Al día siguiente, domingo 17, fue a un servicio de urgencias con dolor de cabeza y escalofríos. Y el lunes 18, ya más enfermo, regresó al hospital. En ambas visitas, según la reconstrucción del caso, recibió el alta con un diagnóstico que parecía tranquilizador: “síndrome viral agudo”.
Esa misma noche, Sam escribió a sus padres para decirles que, aparentemente, se trataba de “un virus fuerte” y que debía hidratarse, vomitar y tomar ibuprofeno. Pero la historia tomó un giro devastador: el jueves 21 de septiembre, su familia recibió la llamada con la noticia de su fallecimiento.
Tiempo después, el caso fue asociado a una posible sepsis bacteriana no detectada a tiempo, una condición grave que puede evolucionar con rapidez si no se trata.
La demanda y el foco legal: ¿qué es el “estándar de atención”?
Tras la muerte de Sam, su familia revisó registros médicos, autopsias y opiniones de especialistas. En agosto de 2024, presentó una demanda contra el hospital Mount Sinai Morningside y cinco médicos por presunta negligencia y muerte injusta, de acuerdo con lo reportado por The New York Times. El hospital expresó condolencias, pero evitó comentar detalles del caso.
El proceso, como ocurre en este tipo de litigios, se enfocará en un punto clave: la definición legal del “estándar de atención” y si lo realizado fue adecuado o insuficiente.
Un sistema con más presión: cifras que explican el contexto
El debate se da en un escenario de alta demanda. En 2022, Estados Unidos registró 155,4 millones de visitas a salas de emergencia, según datos oficiales del CDC. Esto refuerza una realidad: urgencias dejó de ser “el último recurso” y se convirtió en la puerta de entrada al sistema para millones de personas.
Señales de alarma
Sin reemplazar la valoración médica, especialistas en salud suelen insistir en que síntomas como fiebre persistente, confusión, respiración acelerada, dolor intenso, empeoramiento rápido o debilidad extrema requieren atención inmediata y seguimiento.
El caso de Sam Terblanche, más allá del proceso judicial, reabre una pregunta incómoda para cualquier paciente y familia: ¿qué tan preparado está un sistema saturado para detectar a tiempo lo que no parece grave?.

