Durante un salto sobre Tully, Australia, el paracaidista australiano vivió momentos de extrema tensión. Su paracaídas de reserva se enganchó en la cola de un avión Cessna a 4.500 metros de altura, dejándolo colgando mientras sus piernas golpeaban el estabilizador.

Acción rápida y decisiva
Con reflejos entrenados, utilizó un cuchillo de gancho para cortar las líneas que lo mantenían atrapado. Acto seguido, desplegó su paracaídas principal, logrando aterrizar con heridas leves y evitando un desenlace fatal.

Piloto y compañeros en alerta
El piloto declaró mayday tras percibir la situación y logró estabilizar la aeronave. Mientras tanto, 13 compañeros del salto tuvieron que lanzarse de emergencia. Afortunadamente, nadie más resultó herido.
El incidente evidencia la importancia de la preparación y el entrenamiento en deportes de alto riesgo. Segundos pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte, y la calma en el momento crítico fue clave para sobrevivir.

