En el barrio de San Juan de Lurigancho, en Lima, un acto de solidaridad terminó en un inesperado problema. Una vecina decidió prestar su casa para que los familiares de Alex Jaramillo, de 57 años, pudieran velarlo, ya que no tenían dónde hacerlo.

La familia del fallecido simplemente desapareció
Según la dueña del inmueble, los deudos llegaron solo unas horas, tomaron fotografías y luego se marcharon sin volver. Con el paso de los días, las visitas fueron aún más escasas.
Incluso una funeraria acudió al sitio, pero al no recibir el pago retiró la capilla ardiente y dejó el ataúd en la sala.
Cinco días con un cuerpo ajeno en la casa
La familia anfitriona asegura que no posee documentos que permitan gestionar el entierro, trámite que únicamente pueden autorizar los familiares directos.

Mientras tanto, el cadáver permaneció en la vivienda durante cinco días, generando preocupación e indignación entre los vecinos.
Las autoridades podrían intervenir de oficio
De acuerdo con la normativa peruana, si un cuerpo es abandonado, las autoridades pueden recuperarlo y disponer de él para su conservación o uso social.
Los vecinos piden una intervención urgente para evitar que este tipo de situaciones se repitan.

