Su apellido es Salinas, pero su cuna es Ambato. Al ver sus fotos en redes sociales, podrías pensar que es un actor de una película de Marvel. Impecable, sonriente, de hablar pausado y mirada firme. Juan Fernando Salinas, piloto comercial e ingeniero aeroespacial, se convertirá en el primer ecuatoriano en viajar al espacio en el primer trimestre de 2026, en una misión suborbital de Blue Origin, la compañía estadounidense de vuelos espaciales fundada por Jeff Bezos.
Actualmente dirige Zulu Aeronautics, entrena pilotos y realiza proyectos que inspiran a niños en Latinoamérica. Pero además de los títulos académicos, hay algo más poderoso: humildad y perseverancia. En su viaje realizará un experimento con una rosa ecuatoriana, reconocida mundialmente por su calidad inigualable.
“Hace unos meses fui otorgado el privilegio de viajar al espacio... Voy a representar al Ecuador muy alto. En efecto, es una misión suborbital”, reveló muy entusiasmado en exclusiva al Diario Metro Ecuador.
Del Colegio de la Fuerza Aérea a la frontera del espacio
Salinas emigró del Ecuador a los 18 años con apenas USD 600 en el bolsillo. “Iba a quedarme solo un año para aprender inglés, pero una vez que llegué vi las posibilidades que tenía”, recuerda.
Su historia parece escrita para el cine: trabajó en aeropuertos, estudió mientras hacía turnos dobles y nunca perdió de vista su meta. “Tenía que trabajar dos empleos y estudiar hasta las tres de la mañana. Fue un camino difícil, pero de mucha perseverancia. Siempre mantuve mi horizonte y mis metas claras. Si esta es la luz, aquí quiero llegar”, dice con convicción.
El ambateño de 45 años se graduó de ingeniería aeroespacial y piloto comercial en Estados Unidos. Luego trabajó en empresas que fabrican aviones, realizó pruebas de vuelo, representó a marcas internacionales en Ecuador y, más tarde, regresó al país norteamericano para seguir un nuevo sueño: el espacio.
“Hace unos años fui seleccionado por una empresa afín a la NASA que hace campamentos para niños y vuelos acrobáticos para aspirantes a astronautas. Eso me motivó a aplicar al proceso de selección. Después de varias entrevistas y pruebas, me otorgaron este privilegio”, relata.
Una misión ecuatoriana más allá de la línea Kármán
La misión que realizará Salinas será suborbital, alcanzando los 100 kilómetros de altura, lo que significa cruzar la línea Kármán, reconocida internacionalmente por la Federación Aeronáutica Internacional (FAI) como la frontera del espacio.
“La línea Kármán es la que te califica como astronauta. Una vez arriba, estaremos flotando en gravedad cero por unos 15 minutos y luego volveremos a tierra con tres paracaídas”, explica.
El lanzamiento se llevará a cabo desde Texas, y Juan viajará junto a otros cinco tripulantes. Durante el vuelo, soportará fuerzas G de hasta 5.5, vivirá la experiencia de gravedad cero y cumplirá una promesa: llevar una rosa ecuatoriana y la bandera tricolor al espacio.
“Vamos a ver cómo se comporta la rosa en microgravedad, su hidratación, la exposición a la radiación... Este experimento podría abrir camino a futuros cultivos fuera de la Tierra”, detalla con entusiasmo.
“No me llamen astronauta”
Aunque cruzar la línea Kármán lo convertirá oficialmente en astronauta, Juan prefiere un título más sencillo:
“He tratado de evitar usar esa palabra. Prefiero decir el primer ecuatoriano en viajar al espacio. Me parece más motivador para las personas. Un ingeniero aeroespacial puede ser astronauta, pero son dos cosas distintas”, aclara.
Su humildad no es pose, es esencia. La misma que lo ha acompañado en más de 25 años de preparación física y mental. “Me mantengo activo, hago ejercicio, vuelo regularmente y me alimento sano. También he hecho entrenamientos de supervivencia, buceo, cámaras hiperbáricas y simulaciones de accidentes. Todo esto me ha preparado para este momento”.
Una sueño y una misión de vida
Aunque no puede revelar cifras por cláusulas de confidencialidad, reconoce que su viaje no se trata solo de dinero. “No cualquiera puede ir al espacio. Se necesita justificar por qué vas. Mi formación como piloto de pruebas, ingeniero aeroespacial y el experimento científico fueron claves para obtener este privilegio”.
Salinas sabe que representará a millones de ecuatorianos. “Será un momento de mucho orgullo. El día que esté allá arriba, con la bandera, quiero que sepan que no será Juan Salinas el que llegue al espacio. Seremos 18 millones de ecuatorianos viajando juntos”, afirma con emoción.
El antes y después del despegue
Una semana antes del lanzamiento, él y su tripulación se aislarán del mundo exterior. “No podré salir ni distraerme. Solo agradeceré a Dios por esta oportunidad de representar a mi país, abrir puertas para los futuros ecuatorianos y demostrar que con esfuerzo y fe todo se puede lograr”.
Cuando regrese, su primera parada será en Ecuador. “Voy a abrazar a mi familia, a la gente que me apoyó y comer todo lo que amo. Espero también poder crear una fundación para otorgar becas a jóvenes ecuatorianos que quieran estudiar ciencias, aviación o astrofísica”.
El mensaje de Juan a los ecuatorianos
“Ningún sueño es demasiado grande. Todo es posible si uno se traza una meta y trabaja con fe y disciplina. Empecé desde abajo y si yo lo logré, todos pueden lograrlo”.
Su voz se quiebra un poco al pensar en el momento del despegue. Pero enseguida sonríe.Sabe que ese día, cuando esté en la cápsula, una rosa flotará junto a él y, en el reflejo del casco, brillará el amarillo, azul y rojo del Ecuador.
Datos de la misión
- Empresa: Blue Origin (Texas, EE.UU.)
- Altitud: 100 km (línea Kármán)
- Tipo de misión: Suborbital
- Duración: 15 minutos en microgravedad
- Fuerza G: 5.5 durante el despegue
- Experimento: Comportamiento de una rosa ecuatoriana en microgravedad
- Tripulantes: 6 personas